Viernes 03 de agosto de 2018
OPINIÓN
Tengo pasión por el violín, nunca estudié para aprender a tocarlo, por un lado porque siempre fui un inútil, un torpe total con las manos, cualidades que aún mantengo inalterables ( se aceptan bromas al respecto ), pero al principio fueron razones económicas que lo impidieron, luego cuando éstas fueron superadas la edad y las siempre falsas excusas hicieron que llegara a lo que hoy soy, parcialmente o cubrí con mi devoción por escuchar y deleitarme con sus conciertos, la exquisita música húngara en donde el violín es parte principal de ella complementan los estilos y mis oídos.