En muchos aspectos también se amarra con un bozal la boca del trabajador que cada día tiene menos juego de piernas en las vicisitudes laborales y de derecho a la protesta pacífica en caso de huelga.
En el aspecto de la libertad de comunicación o expresión se observa una criminalización de la protesta.
Sin embargo, los dineros públicos aparecen como por arte de magia saliendo de la chistera para “ayudar” a las grandes empresas y patronales que “necesitan” ganar un poco más.
Las agencias del medicamento están codirigidas por el capital financiero, especulador y muy peligroso si se le deja solo sus márgenes de maniobra.
Hoy las instituciones, herederas en muchos casos de algo erróneamente montado en otros tiempos, se dedican más que nada a saquear a los pueblos y están tocadas de un mal endémico del cual no hay otra solución de que para que haya un cambio en ellas este debe de llegar de abajo hacia arriba.
La situación se hará mas difícil día a día donde las elites van a querer imponerse por encima de las clases trabajadoras cada vez mas desunidas y donde el tejido social organizado es prácticamente inexistente. Sin embargo, es importante tomar conciencia de esto, aprovechando la coyuntura del próximo 1 de mayo ya que a millones de personas se les está negando hoy el derecho a ganarse la vida.