A las puertas, separados por una verja ante la negativa de Nissan de poder acceder a la factoría - “es una metáfora de lo que quieren, esconder los conflictos laborales” - pero unidos por un mismo objetivo, “salvar la planta y los puestos de trabajo”. Así se desarrolló la asamblea de Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, con los trabajadores y el Comité de Empresa de Nissan.
“Ojalá todas las fuerzas políticas fueran iguales” agradeció el comité al término de una mañana en la que el coordinador federal, acompañado por José Sarrión y Montserrat Barcenilla, coordinadores de IUCyL e IU Ávila respectivamente, quiso dejar clara la “implicación total y absoluta de Izquierda Unida” en un proceso en el que “el objetivo es doble, que Nissan siga siendo una planta de construcción de vehículos y que se mantengan los puestos de trabajo”. En resumen, “que se cumpla lo comprometido en el 2010 con el Plan Industrial”. Un compromiso “que requirió del sacrificio por parte de los trabajadores” por lo que “ahora resulta indignante que la multinacional rompa de forma unilateral lo comprometido”. Y es por ello que Alberto Garzón tiene clara la necesidad de “llevar este asunto al Congreso de los Diputados, pues el gobierno tiene mecanismos suficientes como para actuar”.
Dejó claro Alberto Garzón que “este gobierno, que ha tenido 60.000 millones de euros para salvar la banca, no puede declararse incapaz para salvar a los trabajadores y sus puestos de trabajo. Esto es un claro ejemplo de la recuperación económica que promulga el Partido Popular” quiso denunciar. “Hoy sois vosotros, pero otro día puede ser cualquiera”. Y lanzó un claro mensaje, “esto no es sólo una lucha laboral, es también la lucha por una ciudad y una provincia”.
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