Yediot Ajaronot, el principal periódico israelí, tituló a todo el ancho de su primera página solamente con la palabra BUSHA, vergüenza.
En ella nada se habla, nada se escribe sobre las imputaciones que su propietario, junto a Bibi Netanyahu y otros nombres que por su peso, poder e importancia asustan, acaban de recibir del Procurador General como parte de su elevación a juicio tras largas investigaciones, en un país tan pequeño como Israel en donde todos se conocen hay cosas que son casi imposible esconder, acallar, más cuando son demasiados los intereses políticos, y de los otros, preocupados en que trasciendan.
Los largos años de vigencia política de Benjamín Netanyahu quemaron muchas esperanzas, además demostraron la poca inteligencia y capacidad para enfrentarlo, estaba claro que había años luz de distancia en capacidad e inteligencia, está claro que habrá un antes y un después, los tiempos finales se acercan, pero nada sucederá sin que lleve claramente estampada su firma.
El Presidente Trump, entre ellos amistad y apoyos recíprocos, es posible que lo necesite hasta su reelección electoral, un largo año en donde Netanyahu deberá hacer maravillas, mostrar lo mejor de su inteligencia a fin de permanecer en el poder, como nunca ambos se necesitan.
Las nuevas elecciones, salvo planes que solo Netanyahu conoce, le garantizan no menos de 6 meses.
¡Hasta la próxima!