La Secretaría de Estado USA tiene evidencias del giro de 180 grados que el gobierno de Pedro Sánchez ha dado a sus relaciones con Venezuela. De reconocer a Juan Guaidó como el legal representante del estado de ese país a calificarlo como líder de la oposición, ha confirmado a los servicios de inteligencia el éxito de la influencia del sector de Podemos en las relaciones del estado español con dicho país, que fue quien ideó y financió la creación de un partido político chavista en el estado español, que diera apoyo no sólo al régimen venezolano, sino también a la propagación de esa ideología comunista en todos los países que componen el cono sur de América.
Algunos servicios de inteligencia han seguido las negociaciones del anterior presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, directamente con Nicolás Maduro, y las contrapartidas ofrecidas por el chavista a los intermediarios socialistas que le defiendan, tanto a nivel interno en España, como las presiones que puedan ejercer en la comunidad europea para que se suavice la posición de castigo al régimen bolivariano.
En ese sentido se tiene la sospecha de que el reciente y accidentado viaje de la vicepresidenta de la República de Venezuela, Delcy Eloína Rodríguez Gómez, a España, el pasado 20 de enero, a bordo de un jet privado, un Falcon de la compañía Sky Valet, invadiendo el espacio Schengen, tenía como objetivo negociar in situ el apoyo del gobierno de España al régimen de Maduro, y apartarse de Juan Guaidó que estaba siendo arropado, entre otros, por el presidente de EE.UU. Donald Trump. Para ello disponía de varios miles de millones de dólares en divisas y en lingotes de oro en varias maletas que llevaba en el Falcon. Parte de ese dinero se ofrecía a ciertas autoridades a cambio de su apoyo a Maduro, y otra parte a financiar a los partidos que estuvieran involucrados en la operación de blanqueamiento del régimen chavista venezolano.
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