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OPINIÓN

Populismos (VIII): El remedio

Carlos González | Martes 13 de octubre de 2020
Después del análisis general de qué son los populismos y sus características más peculiares, es hora de intentar resolver una pregunta que quizá esté en boca de la mayoría. ¿Tienen cura? ¿Cuál es el remedio? Veamos.

Como ya sabemos donde surgen, el remedio a esto es acabar con esta prolongada decadencia del Judaísmo, El Cristianismo y el Islam, unido a la decadencia del Confucionismo, el Budismo, el Lamaismo y el Induismo. Sin olvidar la ya rápida y clara decadencia del Marxismo hasta sus más profundas médulas. Debemos olvidarlos a todos ellos y aceptar que cuando surja un nuevo y claro liderazgo, por su propia esencia de creatividad e ideas claras y luminosas, que prometan un verdadero futuro, estos populismos baratos ya no tendrán sentido alguno.

¿Cuál es ese nuevo liderazgo? El de aceptar que somos una Única Especie, la “Especie Humana”. Con un solo genoma. Una sola medicina y unos únicos conocimientos de las matemáticas, la física o la química. Y que entre todos debemos luchar para sobrevivir en este planeta –madre de todos- y que solo lo lograremos si nos organizamos y creamos reglas justas y equilibradas de convivencia.

A este liderazgo han de seguirle unas élites de personas más esforzadas y estudiosas, que se crean su papel y su misión sin la más mínima duda. Que luchen por ello cada día sin pausa o debilidad alguna. Y que con su ejemplo demuestren que creen en ello y están dispuestos a dejarse la piel por conseguirlo.

Y se conseguirá cuando los administrados en general comprueben que sus élites les dicen la verdad. Que aplican leyes con justicia. Que el bueno es recompensado y el malo perseguido y apartado de la sociedad. Y que si se esfuerzan y trabajan y son solidarios, todos estos esfuerzos les serán recompensados. Y experimentar en sus propias carnes que el vago y maleante es rechazado.

Ya no hace falta recurrir a Arcanos oscuros, la verdad la tenemos todos delante y es conocida por los expertos: “La clave de todo este problema es facilitar más y mejor Educación y Formación”.

Cuando las personas son educadas en mundos de convivencia y justicia, lo aprenden, y ya nunca más quieren vivir en un mundo que renuncie a ello y pretenda seguir viviendo en la violencia, el engaño, la mentira constante y la permanente Hipocresía de los dobles raseros, “Predico la pobreza y la castidad pero yo vivo en el mejor palacio y con varias concubinas”.

Para cualquier cuestión de la vida ya sabemos que lo más importante es la formación. Para realizar su profesión formamos a los ingenieros, los arquitectos y a los médicos. Por ello, ¿Por qué no comprendemos de una vez por todas que según formemos a los futuros ciudadanos así se comportarán para convivir con los demás?.

Hoy ya disponemos de los suficientes conocimientos para saber que lo que sembremos en la mente infantil de cualquier niño es lo que recolectaremos en su mayoría de edad. Y que si queremos que cualquier persona sepa desenvolverse en cualquier profesión, primero hemos de formarle y facilitarle las prácticas adecuadas hasta que termine sus estudios. Por ello es imprescindible que un organismo internacional que nos englobe a todos tome las decisiones adecuadas, consensuadas, para que la formación que se imparta en los libros de texto de todo el planeta dispongan de un régimen de ideas y conocimientos parecidos y no contradictorios.

Una vez que comencemos a poner en práctica estas simple verdades, los ciudadanos de todo el planeta descubrirán que ya nadie vive para engañarles, que si se comportan adecuadamente serán recompensados, de lo contrario se les apartará de la sociedad en la que no quieren integrarse y convivir en régimen de igualdad a los demás.

En la convivencia diaria y con un mínimo de formación general, los ciudadanos del nivel medio, que serán la inmensa mayoría, descubrirán que nadie les va a regalar su futuro de forma gratuita, que deben luchar y esforzarse, como los demás, y cualquier populista barato, que les hable de mundos “yupi”, será corrido… A gorrazos.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, y de reciente aparición El Sistema, de editorial Elisa.

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