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OPINIÓN

El estado del estado (75): El problema de Occidente (XIV)

Carlos González | Domingo 13 de diciembre de 2020
Yony tiene claro, y su trabajo consiste en comunicárnoslo a nosotros de forma que lo entendamos, que el problema de Occidente en resumen: consiste en definir cuanto antes un Liderazgo general, cultural, de ideas y conocimientos, lo más claro posible, y que la élites, tanto las culturales existentes como las nuevas que nazcan y crezcan en este nuevo movimiento, defiendan con pleno convencimiento ese nuevo liderazgo, y comprueben que esos conocimientos funcionan de forma inamovible.

Ese nuevo liderazgo es el del conocimiento. Consiste en no “Creer” en religión, ideología o movimiento de listillos de turno, sino en saber cómo funcionamos los GSO y los individuos que formamos parte de ellos. Con los mejores estudios prácticos de la Biología, la Psicología y la Sociología humana.

Ahora ya disponemos de conocimientos reales contrastados de cómo funcionamos los seres humanos individualmente, cómo pertenecemos y nos insertamos en un GSO, y cómo funcionan estos en conjunto como si de un nuevo sujeto único se tratase. Lo mismo que hemos hecho con los conocimientos de la Arquitectura, la Agricultura o la Medicina. Nadie alega palabras bonitas, ni se pone a rezar para que no se caiga un puente o un edificio, ni para que crezcan las cosechas o para curar a un familiar. No, aplicamos los conocimientos que disponemos y los ponemos en práctica. Lo mismo debemos hacer para comportarnos individualmente y para organizar y dirigir los Grupos sociales en conjunto. Para gobernar los estados.

Si Occidente –sus mejores hombres y mujeres, porque las cosas no se hacen solas- comienza a organizar con conocimientos reales la educación de sus vástagos, diseña los parámetros de la conducta individual, y organiza las leyes para regir el grupo de forma científica, técnica, y racional, comprobará que comenzará a crear un verdadero y prolongado Liderazgo no solo para sí mismo, sino para todo el orbe terráqueo con todos los componentes de la Especie Humana detrás.

Ese Liderazgo consiste en trabajar todos en equilibrio con colaboración y cooperación para hacer del planeta Tierra –que nos pertenece a todos por igual- un jardín y un gran huerto que nos proporcione frutas y verduras para nuestra alimentación equilibrada. Si limpiamos nuestro planeta, lo tendremos limpio, de lo contrario será una guarrería. Lo diga quien lo diga. Si creamos comida equilibrada para todos, comeremos, y nos organizaremos, de lo contrario nos mataremos unos a otros por los mendrugos que queden.

El verdadero problema de Occidente es que debemos –sus mejores mujeres y hombres, para ser guía y élite de los demás- convertirnos en “Adultos”, abrir los ojos de la cara, observar lo que tenemos delante, y con esfuerzo, sacrificio y mucha paciencia, ponernos todos a trabajar para satisfacer las necesidades de todos. Una vez logrado esto, incrementar al máximo la ciencia, la cultura y el mejor ocio posible para todos. Todo ello de la forma más equilibrada posible.

Cuando comencemos a comportarnos de esa forma descubriremos que la transparencia aparece casi sola. Que la comunicación entre humanos y con las autoridades es fluida, porque no caben engaños religiosos o ideológicos. Y explicar las actuaciones es relativamente fácil porque se realiza sobre conocimientos contrastados y no sobre creencias de fe en los dogmas que ese grupo haya adoctrinado a sus alumnos.

Si todos estamos de acuerdo en que un edificio o puente se cae o no se cae, o un enfermo se cura o no, y eso es demostrable, también comenzará a demostrarse que el porqué del comportamiento de los individuos y las decisiones de gobierno son demostrables, razonables y explicables.

El verdadero problema de Occidente es que ya es hora de comportarse tanto los individuos, como los gobiernos, de forma racional, prudente, templada, creyendo en lo que hacen y poniéndose a trabajar todos con sacrificio y esfuerzo constante para intentar comportarnos como una persona adulta sensata haría. Sabiendo que tenemos mucho trabajo por delante, que cometeremos muchos fallos, pero que cada día iremos aprendiendo un poco más si nos fijamos donde están los errores.

Solo de esa forma avanzaremos, porque el objetivo lo tenemos muy claro, “Sobrevivir como Especie en las mejores condiciones posibles”.

Este planeta Tierra es nuestro, nosotros y solo nosotros seremos los únicos responsables de cómo lo tratemos. Es una ley básica que “Según lo hagamos, así nos responderá”.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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