La Junta de Castilla y León ha diseñado, en el marco de Estrategia Nacional de Vacunación frente a la COVID-19, un documento en el que se basará las líneas de intervención y los criterios fundamentales para el desarrollo de la campaña de administración de las vacunas frente al SARS-CoV-2 en la Comunidad castellana y leonesa.
En ambos casos -y esto es de enorme relevancia a la hora de dar traslado a la ciudadanía a través de los medios de comunicación social- son planificaciones, tanto en el ámbito nacional como autonómico, abiertas, sometidas a continúa revisión técnica ante una realidad pandémica global cambiante y, desde el punto de vista científico, aún novedosa en su investigación y caracterización.
Por ello es muy importante que la sociedad, en y desde sus distintos ámbitos, sea consciente del carácter “vivo” y evolutivo de estas estrategias, en las que, con el objetivo general reducir la morbimortalidad por la COVID-19 mediante la vacunación del mayor porcentaje posible de población, se prevé un análisis y evolución permanentes para su mejor adaptación a las circunstancias que puedan plantearse.
En este sentido, el esfuerzo que la comunidad científica mundial ha realizado para la consecución de vacunas seguras y eficaces supone un hito sin parangón en este campo y por ello, la ciudadanía debe saber que las vacunas que finalmente se emplearán en la UE para inmunizar frente al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 dispondrán de los mismos niveles de seguridad que cualquiera de las que se emplean habitualmente.
Ese trabajo ímprobo de científicos y organizaciones de todo el mundo durante los pasados meses se ha de ver reflejado ahora en la colaboración y la cooperación general, tanto directamente a través de la vacunación individual como en otros órdenes colectivos que afectan a amplios sectores de enorme peso específico social, alineando los esfuerzos de todos en el bien común de alcanzar los estándares de inmunización a través de las vacunas que permitan superar la actual pandemia; en este sentido, el protagonismo de los medios de comunicación social en trasladar información de servicio público e interés ciudadano y por y para la promoción de la salud y la educación sanitaria en relación no sólo con la vacunación sino también referida al mantenimiento de otras medidas preventivas y para la contención de la COVID-19 es fundamental, como al igual lo es su colaboración en el mejor desarrollo de las estrategias de vacunación.
Atendiendo a esas premisas anteriormente destacadas de un contexto potencialmente cambiante y, por tanto, de planteamientos flexibles y provisionales, la Autoridad sanitaria castellana y leonesa, en coordinación con el Ministerio de Sanidad y con la inestimable colaboración de otras consejerías del Gobierno autonómico y de organizaciones y entidades de la Comunidad, ha elaborado la Estrategia de Vacunación frente a la COVID-19 en Castilla y León, en la que se recogen los aspectos funcionales de esta campaña preventiva.
La previsión con la que la Consejería de Sanidad es que, una vez recibidas desde el Ministerio de Sanidad las dosis vacunales, se comience a la vacunación de acuerdo con las pautas establecidas; hay que destacar que desde el Gobierno de la Nación se ha informado de que las primeras dosis, para su distribución equitativa entre todas las comunidades autónomas, se recibirán a partir del próximo día 26 de diciembre, de manera que el inicio, por tanto, de la campaña de vacunación autonómica frente al nuevo coronavirus quedará supeditado a la disponibilidad efectiva de las dosis de una vacuna que presenta una gran complejidad logística.
La vacuna que se va a distribuir en esta primera fase es la desarrollada por el laboratorio de Pfizer/BioNTech, que posee ciertas peculiaridades en cuanto a su conservación que hace que su utilización sea más compleja que otras.
Es una vacuna basada en el ARN mensajero que debe conservarse a muy bajas temperaturas (entre 70 y 80 grados bajo cero), viniendo en viales multi dosis, de cinco dosis cada uno de ellos, organizada en bandejas de 195 viales, que equivalen a 975 dosis de vacuna.
Requiere dos dosis para completar su efectividad existiendo un plazo entre la primera y la segunda dosis de veintiún días; es necesario, por ello, una compleja organización, planificación y logística para poder aprovechar el máximo de unidades con la mínima pérdida por errores en la cadena de frío o el transporte de dosis.
Se trata de un medicamento que ha superado los análisis de calidad y seguridad, habiendo sido testada en más de 44.000 voluntarios de dieciséis o más años en su fase III, siendo las reacciones adversas observadas más frecuentemente de carácter local (84.1%): fatiga (62.9%), cefalea (55.1%), mialgias (38.3%), escalofríos (31.9%), artralgias (23.6%) y fiebre (14.2%), efectos similares a los de la vacuna de la gripe y que remiten con medidas sencillas o medicación habitual.
Para el primer mes de vacunación está previsto, según el Ministerio de Sanidad, que a Castilla y León lleguen algo más de 126.000 dosis.
La vacunación frente al SARS-CoV-2 en la Comunidad establece varias fases en las que se irá vacunando a diferentes estratos sociales o colectivos, según sea la disponibilidad de dosis.
Estos grupos de población se han diseñado atendiendo a criterios técnicos y sanitarios basados en principios de riesgo de morbilidad grave o de mortalidad; riesgo de exposición; riesgo de impacto social o económico negativo; y riesgo de transmisión de la infección a otras personas.
Para la primera fase próxima a comenzar, se han definido cuatro grupos prioritarios por parte de las administraciones sanitarias española y europeas (ver documento adjunto a esta nota de Prensa):
Los profesionales sanitarios que hayan padecido la enfermedad no serán vacunados al ser personas cuyo sistema inmune es capaz de producir suficiente respuesta inmunitaria.
Con las primeras unidades vacunales a recibir se deberá atender cubrir las dos dosis de estos grupos incluidos en esta fase de vacunación, por lo que, por el momento, el proceso de vacunación se centrará en ellos, sin que se avance a las siguientes fases hasta que no haya una mayor disponibilidad de vacunas.
En siguientes fases se vacunará a otros grupos poblacionales: así, por ejemplo en la segunda fase se contempla la vacunación de personas no institucionalizadas mayores de 70 años, de personas mayores de 50 años con factores de riesgo, menores de 50 años con factores de riesgo, personal docente de primera línea, embarazadas y personal de instituciones penitenciarias; para la fase III se ha indicado la vacunación del resto del personal esencial y docente, de personas de entre 40 y 59 años y del resto de población adulta.
Las características de la vacuna hacen precisa una amplia logística que abarca desde su recepción, a su conservación, restitución, administración y farmacovigilancia.
Las vacunas llegarán a nueve puntos de recepción desde los laboratorios de la compañía farmacéutica, en donde se han establecido importantes medidas de seguridad para evitar cualquier problema, ya sea externo o fallos de los propios equipos impidiendo conservar adecuadamente el frío.
Para su conservación se han adquirido nueve ultra congeladores, así como los equipos de protección precisos (guantes, protección ocular, batas adecuadas) para que los profesionales puedan manipular los viajes a muy baja temperatura.
Los ultra congeladores no son indispensables pero sí útiles ya que facilitan la conservación pero las vacunas también pueden conservarse de manera óptima utilizando hielo seco.
Los viales tardan treinta minutos en descongelarse, por lo que desde que se recojan hasta que se reconstituyan para administrarse habrá pasado tiempo suficiente para esa descongelación.
Se han adquirido también cantidad suficiente de materiales para preparar y distribuir las vacunas, jeringas, agujas y suero fisiológico para la reconstitución de la vacuna en cantidades más que suficientes para esta primera fase.
Por ejemplo se dispone ya 3.400.000 jeringas de carga, 351.000 agujas de carga, más de 3,36 millones de agujas de inyección y 60.000 unidades de suero salino de 10 ml para reconstituir las vacunas, materiales que han supuesto una inversión de 257.540 euros.
El transporte se realizará mediante neveras por los equipos de vacunación COVID garantizando así que no se rompe la cadena de frío y las vacunas puedan perder efectividad.
En los centros socio sanitarios, para grandes dependientes en sus domicilios así como para los profesionales de Atención Primaria, de Especializada y de Emergencias Sanitarias, la vacunación se realizará previa firma de un consentimiento informado y una posterior citación.
Para los centros socio sanitarios y grandes dependientes, los equipos de vacunación COVID, en función del número de personas que desee vacunarse, establecerán rutas diarias los siete días de la semana que tendrán tres fases: una primera que permite vacunar a todos los solicitantes en una primera fase; una segunda a los veintiún días, que administrará una segunda dosis a los que ya recibieron una previa y la inicial a quienes en la vez anterior no se encontraban en el centro por diversos motivos; y, una tercera visita, que permite administrar una segunda dosis a las personas que recibieron su primera dosis en la segunda visita.
La definición de estos grupos de vacunación forma parte de la final de planificación pero, en estos momentos, la estimación es 133 profesionales de Enfermería para la vacunación frente al SARS-CoV-2 en toda Castilla y León (ver documento adjunto a esta nota de Prensa)
Cada equipo de vacunación COVID estará compuesto por entre dos y cuatro personas dependiendo de los centros socio sanitarios que deban vacunarse, ya que existe una alta variabilidad que va desde centros con muy pocas plazas y trabajadores hasta otros grandes centros, con centenares de residentes.
Para los centros de Atención Primaria, hospitales y Emergencias Sanitarias, la vacunación se realizará mediante los servicios de prevención de riesgos laborales del centro hospitalario de referencia, mediante citación previa y con la firma del consentimiento informado.
La vacuna es segura y no produce más efectos adversos que otras que ya están comercializadas.
Sin embargo, para poder controlar su efectividad y su seguridad se ha desarrollado un sistema de registro nacional y de evaluación que recoge los siguientes ítems de cada Comunidad: número de vacunas recibidas; número de vacunas entregadas en los centros de vacunación; tamaño de los colectivos a vacunar; capacidad de la administración de dosis diarias; número de citas agendadas diarias; y número de vacunas administradas diarias
Los datos se enviarán a diario al Ministerio de Sanidad para lo que hay un módulo de vacunas específico que se ha desarrollado en los sistemas informativos y que trasladará al Registro de Vacunación de la Dirección General de Salud Pública (REVA) y luego, de ahí, al nacional.
Todas las reacciones adversas se registrarán, comunicarán y seguirán, para lo que habrá seguimiento muy estrecho de las mismas.
Se han descrito posibles efectos adversos sin gravedad como, por ejemplo enrojecimiento, hinchazón local, dolor leve, fiebre o dolor de cabeza o muscular y para poder tratar éstos, los equipos de vacunación COVID, como los servicios de prevención de riesgos laborales estarán equipados a tal fin.