Si vamos a adentramos en la búsqueda de las llamadas “Verdades Objetivas” -y Yony nos hace mucho hincapié en que seamos conscientes plenos de este tema, porque si así lo hacemos, lo interiorizaremos, y cada vez que surja la ocasión lo tendremos presente, y aferrándonos a esa verdad que no nos va a fallar, podremos seguir caminando con cierta seguridad- para ello hemos de concluir lo siguiente…
Hasta la actualidad todos los seres humanos de las distintas culturas y civilizaciones, en su deseo de búsqueda de seguridad para moverse en su entorno, para que les permitiera entender el mundo con el que se relacionaban con una cierta lógica, idearon una serie de teorías, suposiciones, ensoñaciones -en realidad es lo mismo que los científicos serios realizan respecto a lo que desconocen, hacen un supuesto y comienzan a trabajar para comprobar dónde y cómo se cumple, y si no lo hace abandonan ese camino- que les proporcionase cierta certeza para tomar decisiones y avanzar en el oscuro camino de la vida. El problema es que como esas “Creencias y costumbres” se trasmitían y adquirían por la “Fe” y no por la razón, no era posible su cuestionamiento, al que lo hacía era castigado o expulsado del grupo, y ya no reaccionaban como los científicos serios que cuando no funcionan como lo habían ideado cambian el camino de búsqueda de la verdad y siguen investigando para comprobar donde se haya esta.
En base a ello esas “Doctrinas” se anquilosaban, se volvían rígidas y perennes y solo decaían cuando era barrida esa cultura y se implantaban otros nuevos dogmas. Para profundizar en este campo se debe leer a los antropólogos, a los estudiosos de la historia de la Filosofía y del pensamiento, y sobre todo leer a James Fracier, y su famosa, Rama Dorada, y con ello nos aproximaremos a las más de 500 historias míticas estudiadas y redactadas por este importante autor.
Como nosotros ya hemos tomado la decisión de analizar lo que tenemos delante, de seguir única y exclusivamente la Razón Humana y profundizar en nuestro estudio y demostración del mundo con el que nos relacionamos, ya no podemos, como nos enseñó el enjuto caballero de la Mancha, seguir con nuestras lecturas de las novelas de caballería, o de los textos de la vieja teorización filosófica, o menos aún dar por absolutamente ciertos los llamados “Textos sagrados”, y por ello hemos de comprobar una y otra vez cómo funciona lo que se nos presenta, y cómo se lo comunicamos a los demás para que, también, lleven a cabo su propio estudio y comprobación. De esta forma asimilaremos que los conocimientos de los que disponemos son compartidos por todos, y nos entenderemos en la convivencia y en las reglas del juego que nos demos para funcionar y tomar decisiones para todo el grupo.
Solo de esta forma comenzaremos a usar esos pequeños conocimientos que compartamos comprobando el diferente camino que se nos presenta, por supuesto, totalmente distinto a nuestro pasado: Ya no necesitamos adoctrinar a nadie. No declararemos infiel o hereje al que tenga otras ensoñaciones. No hay discusión alguna porque el que diga que el “Agua” no es así, le daremos ocasión para que en la plaza pública lo demuestre a todos. Comenzaremos a construir para el futuro, por pequeño que sea lo que hagamos, y ya no vendrán tiempos de destrucción violenta, sino que cuando algo sea declarado obsoleto de forma racional será reemplazado. Comprobaremos que la convivencia es mucho más fácil de lo que nunca habíamos soñado. Y, entre otras cosas, puede que nos convenzamos que la “Supervivencia de la raza humana” está mucho más garantizada con este nuevo sistema que con el antiguo de seguir a rajatabla nuestras creencias y dándole con ellas en la cara a todo aquel que no haya sido adoctrinado en la misma “Escuela” que nosotros.
Si comenzamos a usar la “Razón” –es decir, funcionar en base a conocimientos demostrados- y a comprobar y demostrar cómo es la naturaleza en la que nos ha tocado vivir, es cuando nos surgirán las “Verdades objetivas”, por pequeñas que estas sean. Porque ya nos comunicaremos con nuestros semejantes y avanzaremos todos juntos en búsqueda de la convivencia y la supervivencia de la Especie Humana.
De momento, lo único que tenemos por delante es un largo camino de búsqueda de esas verdades objetivas que nos permitan encontrarnos, a nosotros mismos en esta vida que nos han regalado, y con los demás, porque descubriremos, que están en principio tan perdidos como nosotros, y tan ávidos de hallarse no solo consigo mismos, sino con sus semejantes, porque entre todos, y con ayuda mutua, se anda mucho mejor el camino.
Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.