La Federación Abulense de Hostelería convocó el pasado miércoles por la noche una nueva concentración para rechazar las nuevas medidas impuestas por la Junta de Castilla y León ante la pandemia de coronavirus.
Los abulenses arroparon el pasado miércoles a sus hosteleros. Uno de los sectores más afectados por la pandemia por las duras restricciones impuestas por parte de la Junta de Castilla y León, siendo desde hace meses de las más duras del territorio nacional.
Alrededor de 300 personas se concentraron entre velas y un ataúd simbólico en la Plaza Santa Teresa ('El Grande'), donde además se guardó un minuto de silencio por los sectores considerados no esenciales y, en particular, la hostelería.
También se leyó un manifiesto que reproducimos íntegramente a continuación:
Hoy asistimos a lo que consideramos una vez más, un grave perjuicio contra los sectores considerados no esenciales y, en particular, a la hostelería de Castilla y León.
Ayer, el Tribunal Supremo decretó la suspensión cautelar del toque de queda que estableció el Gobierno del señor Fernández-Mañueco, y la respuesta de nuestro gobierno regional no se hizo esperar.
Quizá por la premura de la misma se tomaron unas medidas que nos parecen injustas a todas luces. Ya que, como bien dijo en su comparecencia ante la prensa, el presidente declaró que: “Hay medidas que también son de obligado cumplimiento y hay muchas personas que no las cumplen. El respaldo mayoritario de la población al toque de queda y a la medida puntual que ha durado 31 días hay que agradecerlo”.
Pues nada mas lejos de la realidad señor Mañueco, el artículo 35 de nuestra Constitución nos avala, y deseo recordarle que no somos nosotros, sus ciudadanos los demandantes, sino los demandados en el recurso presentado por el Gobierno central. Ya que la junta representa a los castellano leoneses.
Creemos firmemente, que nos hemos convertido por algún motivo que desconocemos en el blanco de su posible frustración ante los reveses sufridos tanto por su formación política como por el ejecutivo que usted preside.
Es poco comprensible, que solo unas horas después de conocer las medidas cautelares, que tumban el toque de queda, adopte que, por primera vez desde el 14 de marzo, el horario de cierre de la hostelería que tiene licencia de apertura hasta más allá de las 22:00 horas, en el que establece el nuevo toque de queda, se vea restringido en 2 horas, sin aportar ningún rigor científico que avale esta decisión. Mientras, en la comunidad vecina gobernada por un pacto de gobierno como el suyo propio, relajan estas medidas hasta las 23:00 horas, puesto que la incidencia acumulada a 7 y 14 días coloca a esta última en peor situación que Castilla y León. Y usted y su gobierno nos castigan con un cierre que continúa creando perdidas irreversibles en nuestro sector.
Por no hablar de su obcecación, con mantener la limitación de movilidad hasta el ultimo día del estado de alarma. Sin plantearse una revisión de la misma, con independencia de la situación epidemiológica. Y que en ninguna de sus manifestaciones ha tenido el decoro de pedir que se cierren las fronteras internacionales por el bien de la salud pública que tanto desea para los castellano leoneses.
Ni que decir tiene que, ante estas nuevas medidas, usted deja claro que ha castigado a toda la población castellana durante 31 días, ya que podría haber dejado cerrado las actividades no esenciales, sin saltarse a la torera el estado de alarma.
Permítame que le cuente un cuento, Señor Fernández-Mañueco. Hace algún tiempo que en una aldea se produjo una catástrofe para todos sus habitantes, y algunos días después todos ellos se despertaron con un mensaje escrito en sus frentes, que decía así. No eres el culpable, pero sí puedes ser parte de la solución. Pero solo aquellos que esa mañana se miraron al espejo antes de lavarse, pudieron leer aquel mensaje y comprender cuáles debían ser sus pasos a seguir. Usted y su ejecutiva de gobierno no deben tener espejo, pero espero que tengan la memoria suficiente para recordar los pasos que acometió su compañera de partido, Cristina Cifuentes.