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OPINIÓN

Gabilondo: Un cambio tranquilo para Madrid

Diego Ruiz | Domingo 02 de mayo de 2021
El próximo martes cuatro de mayo se celebran las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid adelantadas por culpa del capricho de la Presidenta Isabel Díaz Ayuso. Sí, hay que recordarlo para que los madrileños no olviden el por qué nos encontramos en esta situación y quién es la persona que la ocasionó.

Recordemos que ella mismo dijo cuando se convocaron las elecciones en Cataluña, que aquello fue un acto irresponsable del President de la Generalitat pues el país estaba sufriendo los gravísimos efectos de la pandemia tachando aquel movimiento de electoralista. Ahora bien, no es electoralismo si quien convoca esos comicios es ella haciendo bueno por tanto, el refrán de “ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio”.

Y como contrapunto a los radicalismos, sinrazones, desatinos y deslealtades varias de Díaz Ayuso la cual se erige como una especie de capitana general del ejército genovés contra el Gobierno de España dirigida en la sombra por uno de los políticos más incapaces que se recuerdan de la etapa de José María Aznar (el del trío de los Azores no juzgado aún por aquella atrocidad que desembocó en la Guerra de Irak): Miguel Ángel Rodríguez muy conocido en el pasado por sus comentarios sucios y radicales contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando “debatía” en los platós de televisión (y lo pongo entre comillas porque no puede llamarse debate cuando su defensa muchas veces se basaban en insultos y faltas de respeto al adversario en vez de con argumentos que sería lo más lógico, sano y democrático), emerge la figura de Ángel Gabilondo Pujol.

Estamos ante un político diferente, alejado de lo que desde hace tiempo estamos acostumbrados a ver en Política. Sí, porque él huye de insultos, de faltas de respeto, de ruidos, de escándalos, de soflamas, de radicalismos y por supuesto, tiene un verbo impecable totalmente alejado de ese odio que algunos han instalado en nuestra sociedad llevándola a dosis insoportables de sinrazón desmedida, donde las ideas no importan sino que lo que vende, es quién dice la mayor barbaridad tomando como normal expresiones que alientan la fractura, la división y el enfrentamiento dentro de la sociedad hasta provocar la violencia más extrema que hace ahora de nuestro país, un lugar mucho más inestable que hace poco.

Y en eso, también debemos hacer culpable al Partido Popular que, empujado por la Extrema Derecha se ha convertido en la Derecha extrema de nuestro país aunque a decir verdad, la famosa foto de Colón han convertido a PP y Ciudadanos en marionetas del tercer partido de aquella imagen el cual me niego a mencionar en este artículo pues éste no se merece quedar manchado mencionando su nombre. Y es que ese partido que está atacando continuamente los derechos fundamentales y libertades que emanan de nuestra Constitución, es quien marca la agenda de quienes dicen representar el centro político de nuestro país aunque a decir verdad, los tres partidos proceden del mismo tronco: el de Fraga y Aznar pues muchas veces hablamos del segundo cuando fue el primero el encargado de crear la bestia que hoy día, ya no tiene una cabeza sino tres cual dragón de leyenda que escupe su fuego con tal furia que hace posible que se incendien las calles que debieran ser lugar de paz, libertad y sana convivencia pero no es así por mucho que una buena parte de los españoles no queramos una sociedad así. O sea, un modelo de sociedad por el que aboga acertadamente Ángel Gabilondo: un hombre culto, preparado, pacífico y defensor inequívoco de la libertad y de los principios democráticos.

Hay algo seriamente peligroso y dañino que se ha construido en los últimos tiempos sobre Ángel Gabilondo y es que es un hombre sin garra, sin carisma, un mudo, un inane, un soso, un tímido…o sea un hombre inútil, inservible e incapaz para la gestión pública por el único hecho de que no es partidario de la bronca, el insulto, la falta de respeto y sí defensor de la concordia, la búsqueda del acuerdo para hacer posible el progreso y avance de la Comunidad de Madrid y de la sociedad en general. Y es que cabe recordar que siendo ministro de Educación impulsó los llamados Pacto de Zurbano para conseguir un acuerdo de todos los partidos políticos para que la Ley Educativa hubiese perdurado en el tiempo gobernase quien gobernase pero ya se encargó el Partido Popular para que esto no fuera así. Una gran oportunidad perdida de la cual se resiente el sistema educativo de nuestro país.

Señores, a mí me gusta la forma de ser y de hacer Política de Gabilondo. Me gusta porque para mí sí es un “zoon politikon” que diría el filósofo Aristóteles. Es decir, un animal político. Un animal de la ciudad que se ocupa y se preocupa de todo lo que acontece en ella para favorecer el bienestar de la gente.

Y es que acierta Ángel cuando dice que gobernar es algo muy serio, que hablar de la “cosa pública” es ocuparse de los problemas de la gente. Es tener claro que si la ciudadanía pasa actualmente de la Política y de los políticos es porque muchos se dedican a tirar piedras al adversario, a insultar, a ofender, a faltar al respeto e incluso, a perseguir a quien piensa diferente a ellos llevándoles a mandar cartas anónimas con balas siendo éstas una seria amenaza para la pacífica convivencia en nuestro país en vez de dedicarse a resolver los problemas de las personas que es por lo que se le paga a un político y no para otros menesteres.

Y es que saber hacer Política, también es saber que debatir es confrontar ideas y programas. Es hablar de proyectos de manera razonada dejando claro a la ciudadanía qué gobierno le espera en el caso de que ese candidato o candidata triunfe.

En este país viendo lo que estamos viendo, en mi opinión falta muchísima cultura y formación política. Hace falta pedagogía política que es algo que decía y muy bien, Alfredo Pérez Rubalcaba cuando estaba vivo. Y es que la gente necesita saber qué va a hacer un gobernante, qué decisiones va a tomar y para eso, hace falta una buena dialéctica para explicar debidamente lo que se va a hacer y por ejemplo, Díaz Ayuso no es precisamente una persona que sepa explicar lo que pretende hacer en la Comunidad de Madrid porque para empezar, no sabe hablar. No sabe comunicar. No transmite. No sabe explicar las cosas y eso es un fallo clamoroso de primero de Oratoria y por esta razón, me gustaría preguntarle a la Presidenta de la Comunidad de Madrid si alguna vez le dio por leer a algún autor latino pues la Antigua Roma tenía en la Oratoria una de las disciplinas principales para que un ciudadano del Imperio pudiera ser tratado como un buen político. Y es que está claro que la señora Ayuso de buena política o de buena gestora no tiene absolutamente nada cuando ha dejado a ancianos morir en las residencias, cuando la Comunidad de Madrid es de las comunidades que menos invierte en Educación Pública, en Sanidad Pública o en Dependencia. Y es por eso, que me llama la atención cuando escucho a ciudadanos de Madrid decir que esta señora es buena. ¿Buena en qué y para qué? ¿Buena criticando a Pedro Sánchez? ¿Buena en aprenderse el ideario del PP para atacar a la Izquierda? ¿Buena para seguir los dictados de Aznar, Aguirre o Casado? Porque para velar por la salud de los madrileños, no será o ¿es buena una gestión la de tener que obligar a desplazarse a la gente a vacunarse a cientos de kilómetros de sus casas? o ¿es buena gestión cerrar los centros de salud en plena pandemia y no vacunar en cada uno de esos centros a los madrileños? ¿es buena cuando deja de asistir a ancianos en plena pandemia, abandonarles a su suerte pereciendo allí por no haberles atendido? ¿es buena porque antepone ir de bares a preservar y cuidar la salud de todos cuando sabe que las aglomeraciones hacen posible la subida de contagios? Esto me gustaría que me lo respondiera alguien (preferentemente sus votantes) o ¿es que, con el debido respeto a ellos les da igual lo que haga Ayuso? ¿les da igual que muera un familiar suyo por culpa de una mala gestión del servicio de Salud de la Comunidad de Madrid que ellos la van a seguir votando? ¿es buena una persona que deja claro que le da igual la gente que por desgracia, tiene que guardar cola para poder comer?

Por eso, apoyo la campaña de propuestas y de denuncias de los candidatos de la Izquierda. Apoyo que Ángel Gabilondo sea partidario de confrontar ideas frente a la insensatez, programa frente a disparates, ofrecerse como alternativa frente a una candidata que sólo ofrece un falso concepto de libertad cuando realmente es libertinaje. Libertad es luchar por la igualdad de mujeres y hombres, de acabar con la violencia de género, de que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades para acceder a un trabajo, que un pobre tenga el derecho de curarse con los mejores tratamientos en un hospital público y para eso, se necesita una fiscalidad justa y es que no hay nada más injusto que una bajada de impuestos porque eso, hace posible que paguen menos los que más tienen y en consecuencia, provocar que sea imposible la sostenibilidad del sistema público, una conquista social de todos los españoles conseguido con sangre, sudor y muchas lágrimas y con un esfuerzo colectivo de todos y no de unos pocos como quiere hacer creer Ayuso y su alter ego, a la cual me niego a nombrar como he dicho antes y es que la necesidad extrema de los obreros jamás debe confundirse con la extrema violencia y el odio insoportable que algunos han introducido como forma repugnante para conseguir el poder.

Por eso, madrileños os pido un esfuerzo para cambiar vuestra comunidad. Lugar que tanto me ha dado en mi vida pues gracias a sus hospitales y a los profesionales públicos que trabajan en ellos, puedo escribiros esto.

Volvamos al Madrid de Tierno Galván. Podemos conseguirlo.

Pongamos que hablo de Madrid. De un Madrid de acuerdos, de consensos mediante el diálogo con la sensatez y el sentido común de un hombre sabio como es Ángel Gabilondo.

Y para conseguirlo, es imprescindible ejercer el derecho al voto. Un derecho conseguido por todos entre los que están algunos que se dejaron la vida para conseguirlo. Que no se olvide esto nunca. Algunos buscan que no lo hagas con el falso discurso de que todos los políticos son iguales.

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