Vamos muy mal.
Para colmo, la principal autoridad del país galo en plena ola de revueltas y violencia que asolan su país se va a divertirse a un concierto. Vaya, vaya, con estos sujetos tan aparentemente ilustres de la Europa de la Unión.
La gente está por estallar y esto sucederá en casi todos los lugares en no poco tiempo dado de que se le está tratando muy mal y porque no se están abriendo fuentes de trabajo y si se hace algo es a modo simbólico y a paso de tortuga.
Pero Francia ya no es la tierra del progreso social, de la liberté, égalité y fraternité, porque no manda la democracia sino el capital. La banca y los potentados de la empresa y de las finanzas.La que fue pionera en el siglo XVIII del cambio social hoy no queda de aquello más que un esqueleto.
Se prostituyó en el siglo XIX y acabó de corromperse en el siglo XX metiéndose de lleno en el libre comercio aliándose con Inglaterra, Italia y los países de la siderurgia, Alemania y el Benelux, que fueron los creadores del Mercado Común Europeo en sus orígenes.
Hoy la actual Unión Europea solo es una unión para ciertos intereses de los bancos y de élites del mercado económico, nada más, es un prostíbulo político muy intrincado y donde Estados Unidos ha metido la zarpa.
Un estado que no atienda a sus jóvenes y sólo les ofrezca el fútbol como divertimento es un estado en caída libre tal y como estamos viendo en este espectáculo europeo y que desgraciadamente estamos abocados a ver cada día más como un cáncer que se extiende sin remedio.