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OPINIÓN

Las derechas extremas crispan el ambiente

(Foto: La Moncloa).
José Luis Úriz Iglesias | Martes 17 de octubre de 2023
Al igual que en el conflicto Rusia-Ucrania, también en el volcán de Israel-Gaza surge la controversia sobre la equidistancia, criticando desde algunos sectores fundamentalmente conservadores a quien osa situarse en tal lugar.

Al hilo de esta circunstancia se pueden y deben lanzar al viento algunos interrogantes: ¿se puede ser equidistante, entendido como criticar duramente las atrocidades cometidas el pasado sábado 7 por Hamas y al mismo tiempo las que comete Israel con cientos de bombardeos indiscriminados?

¿Se puede considerar lo que ha hecho Hamás como un acto terrorista y también la respuesta israelí?

La respuesta a ambas preguntas es que no solo se puede sino que además se debe. Al menos si se es honesto con las normas internacionales y especialmente con la ética humana.

¿Se puede por tanto ser solidario con el pueblo judío y al mismo tiempo con el palestino? Igualmente se puede y se debe.

Pero el nuevo escenario al que han ido llevando a la política española, los discípulos de Bannon-Trump, en especial los más aventajados como Miguel Ángel Rodríguez MAR y su pupila Isabel Díaz Ayuso, hace que adoptar esta posición nos traiga llanto y crujir de dientes.

A quienes públicamente en las redes sociales exponemos una posición justa con los que sufren lo que está ocurriendo, el pueblo judío y el pueblo palestino, se nos intenta silenciar a base de críticas despiadadas, incluso hasta denominarnos cómplices de los terroristas por adoptar esa posición.

Malos tiempos para la lírica estamos viviendo.

Eso nos ocurre a las gentes de a pie, mientras que a los dirigentes políticos de las izquierdas como Yolanda Díaz se le acribilla de manera injusta tergiversando todo cuanto dice y a Pedro Sánchez se le abuchea en el lugar donde según ellos debiera haber respeto.

No cumplen ni siquiera con sus normas básicas, ellos que tanto presumen de ser la élite, la aristocracia social resulta que son una panda de energúmenos maleducados sin escrúpulos.

Todo ello con la colaboración del gobierno israelí y su ejército, que han inundado los medios de comunicación de su potente aparato de propaganda.

Escuchar a uno de sus representantes con ropa militar, un tal Roni Kaplan, que con su perfecto deje argentino intentaba manipular todo lo sucedido sorprende, incluso a veces indigna.

Si pudiera haberle tenido delante le habría preguntado: ¿considera usted que el mercado bombardeado con decenas de víctimas en Gaza era un objetivo militar? Porque tuvo la poca vergüenza de señalar que Israel solo estaba bombardeando objetivos militares. ¿Entonces, de dónde salen los 1,500 muertos civiles habidos estos días?

Paradojas del destino lo que está haciendo Israel ahora a nivel propagandístico se asemeja bastante a lo que los nazis hicieron dirigidos por Goebbels.

Hamás es un grupo terrorista eso es cierto, pero también el actual gobierno de Israel es igualmente terrorista.

Señor Roni Kaplan; ¿acaso no es terrorismo dejar a una población de dos millones y medio de personas, la mitad niños, sin luz, sin comida, sin agua, sin hospitales, sin poder recoger a los muertos provocando la posibilidad de una pandemia?

¿Acaso no es terrorismo que uno de los ejércitos más poderosos del mundo que podría buscar a los dirigentes de Hamás uno a uno, en cambio esté bombardeando brutalmente de manera indiscriminada asesinando sobre todo civiles?

Asesinando sí, eso es, al igual que Hamás asesinó a los israelitas civiles inocentes. Sois iguales unos y otros, señor Kaplan.

Porque lo que no acaban de entender es que España es un país libre que tiene algunos, no todos, medios de comunicación que nos están dando una información plural y veraz.

Y además estamos educados para poder discernir la verdad de la manipulación. Usted no lo entiende, no le han educado así, por eso va diciendo de canal en canal su propaganda goebbeliana.

Tenemos así una sociedad tensionada y polarizada de manera muy peligrosa. La política actual de “tierra quemada” puesta en marcha por PP y VOX al amparo de las tesis de Banon-Trump-MAR-Ayuso amenaza con provocar situaciones peligrosas.

A lo ocurrido con el acoso al portavoz socialista Puente, se le une la campaña para que el presidente del gobierno recibiera una sonora pitada al acudir al acto del pasado domingo.

Lo más terrible fueron los gritos de “que te vote Txapote” lanzados por la turba derechosa. Aunque vistas las imágenes no se sabía si iban dirigidos a Sánchez o a los reyes, ignorando que hasta la fecha no se les puede votar, ni Txapote ni nadie.

Lamentable espectáculo que tiene visos de repetirse, incluso elevando el nivel de ruido si como se espera Pedro Sánchez consigue su investidura.

El comentario indecente del portavoz del PP, Elías Bendodo asegurando que “la calle es nuestra”, recordaba aquellos negros días en los que su fundador Manuel Fraga aseguraba lo mismo y ya sabemos las consecuencias que tuvieron.

Tiene mala pinta. Haría bien la izquierda en irse preparando para ese escenario activando su defensa, dialéctica, social y política.

Veremos.

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