En un pleno extraordinario celebrado el lunes 8 de julio, coincidiendo con el 40 º aniversario de su fallecimiento, el Ayuntamiento de Ávila ha acordado por unanimidad de los presentes la restitución de un título que le fue concedido en 1924, pero que se le retiró en 1937, durante la Guerra Civil Española.
De forma previa a la celebración del pleno, el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, acompañado por Nicolás Sánchez-Albornoz, hijo del homenajeado, además de otros familiares y miembros de la Corporación municipal, ha depositado un centro de flores en la tumba del historiador, ubicada en el claustro de la catedral de Ávila.
Igualmente, Nicolás Sánchez-Albornoz, junto con el Cronista Oficial de Ávila, Jesús María Sanchidrián, han firmado en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Ávila para dar fe de esta jornada.
El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, ha destacado que la restitución se realiza como acto “de justicia” hacia la figura del historiador fallecido en la capital abulense en 1984, quien, según el Cronista Oficial de la Ciudad, ha sido una de las personas que más ha nombrado la ciudad y a los abulenses en sus obras y llevó el nombre de Ávila siempre consigo.
En este sentido, Nicolás Sánchez-Albornoz ha recordado los sentimientos que despertó en su padre la retirada del título de Hijo Adoptivo, que “no le agradó” y que “podría haberse traducido en un olvido o cierta ignorancia de la ciudad de Ávila”, aunque “no fue así”.
Igualmente, ha expresado su gratitud a la Corporación municipal por la iniciativa de restituir el título a quien padeció exilio por 40 años y cuyo retorno a España supuso una gran alegría.
Además del título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ávila, Claudio Sánchez-Albornoz recibió otras distinciones, como la Medalla de Oro de la Ciudad (1976) o el nombramiento de Hijo Predilecto (1984).
Es por ello que en el pleno extraordinario celebrado hoy, se ha restituido a Claudio Sánchez-Albornoz su condición de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Ávila, título que se le concedió por unanimidad el 24 de febrero de 1924, como acto de reparación y reconocimiento, a título póstumo, por sus destacadas cualidades personales y méritos suficientemente acreditados y, singularmente, por los servicios prestados en beneficio, mejora y honor de Ávila, que le permitieron alcanzar tanto prestigio.