La XXIII Cumbre Iberoamericana de Panamá concluyó este sábado sin acuerdos sustanciales, salvo el paso a reuniones bienales de jefes de Estado y de Gobierno, a partir de la próxima cita en Veracruz (México) en 2014.
Eso junto con que España seguirá siendo en 2014 el principal promotor de este foro (financia un 60 por ciento), aunque se convoque una reunión extraordinaria para debatir un nuevo reparto de cuotas, parecen ser los avances más importantes.
Y es que la llamada 'cumbre de la renovación', en la que los líderes estaban llamados a introducir cambios para darle un nuevo impulso a esta relación, ha batido récord de ausencias (faltaron 12 mandatarios), además de no contar con ningún dirigente de izquierdas entre los jefes de Estado y de Gobierno participantes.
Entre los ausentes, el Rey -que no había faltado nunca antes a una cumbre-, la presidenta argentina, Cristina Fernández, y los mandatarios de Perú, Ollanta Humala; Nicaragua, Daniel Ortega; Bolivia, Evo Morales; Guatemala, Otto Pérez Molina; Brasil, Dilma Rousseff; Venezuela, Nicolás Maduro; Chile, Sebastián Piñera; Ecuador, Rafael Correa; Uruguay, José Mujica; y Cuba, Raúl Castro.
La mayoría de ausentes, con la excepción del Rey y Fernández, operados recientemente, ha alegado motivos de agenda interna para no viajar a Panamá. La aparente falta de interés en impulsar este foro, unido a los roces que algunos países mantienen con Panamá explican el elevado número de bajas.
Los líderes iberoamericanos debían analizar en Panamá el informe que le encargaron al expresidente Ricardo Lagos con propuestas para renovar el foro y que el chileno elaboró tras mantener consultas con los 22 países de la comunidad iberoamericana.
En este documento se planteaban cambios ambiciosos, como la creación de un programa de becas para el intercambio de estudiantes al estilo del Erasmus; un fondo de cooperación con participación público-privada para financiar los proyectos de colaboración o un reparto más equilibrado de las cuotas que pagan los países a la Secretaría General Iberoamericana, (SEGIB), el órgano de apoyo para la organización de las cumbres.
El 'informe Lagos' proponía reducir la cuota española al 55 por ciento, dejaba otro 5 por ciento para Portugal y Andorra y sugería aumentar la cuota latinoamericana hasta el 40 por ciento, repartida en función de la escala de cuotas de la ONU. A medio plazo, planteaba pasar a una proporción 50/50 entre los países europeos (España, Andorra y Portugal) y los latinoamericanos.
Los líderes no se han decidido así que lo han pospuesto y volverán sobre este tema en el primer cuatrimestre de 2014, cuando se convocará una reunión extraordinaria de coordinadores nacionales y de responsables de cooperación, con el objetivo de dar instrucciones a la SEGIB antes de que elabore su propuesta de presupuesto de 2015.
Esta propuesta deberá "tener en cuenta" -dice la declaración acordada en Panamá- la propuesta de Lagos de pasar a una proporción de cuotas 60/40 de manera gradual en tres años, así como un informe sobre el posible cierre de las oficinas regionales de la SEGIB en Brasilia, Montevideo, Panamá y México.
Escasos cambios
Los líderes sí han acordado en Panamá que, a partir de 2014, las cumbres se celebren una vez cada dos años, alternándose con las reuniones de jefes de Estado y de Gobierno UE-América Latina y el Caribe, que tocarán en los años impares.
También han decidido dedicar mayor espacio en las cumbres al diálogo informal entre los líderes y abordar los temas de la agenda internacional intentando buscar, siempre que sea posible, convergencias en los escenarios multilaterales.
Y, finalmente, han acordado "contrarrestar, de forma conjunta, la aplicación de medidas unilaterales que violen los principios del derecho internacional y puedan afectar la paz y a la seguridad internacional y los principios de soberanía y de libre determinación de los pueblos".