El presidente de la Junta de Castilla y León toma posesión y ofrece su "permanente disposición al trabajo y al diálogo" a los grupos con representación en las Cortes por entender que se necesitan "unos a otros, para que no sean cuatro años perdidos".
En su discurso de toma de posesión para un quinto mandato, en el que quiso que fuera un "acto breve, sencillo, austero y sustancial, como nos gustan las cosas en Castilla y León", Herrera tuvo palabras para todos los representantes de la vida de la comunidad, tanto en el plano político, como social, sin olvidar a los empleados públicos y a su familia y amigos, que le acompañaron en este día.
Herrera, que afirmó asumir este "nuevo tiempo con mucho coraje y compromiso y con mucha ilusión y entusiasmo", miró a su "familia parlamentaria", como llamó a los grupos que se sientan en la Cámara -PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, IU y UPL- para recordar el escenario de empate material en las Cortes, con 42 escaños su partido y los mismos la oposición, y apelar al diálogo y el acuerdo para los proyectos de futuro de la Comunidad.
"Discrepancias y coincidencias" que el "renovado" presidente de la Junta -calificativo con el que se definió- consideró que se pueden recorrer juntos para mejorar la calidad política, para que la recuperación "objetiva de los números" se traslade al conjunto de la sociedad, para garantizar los servicios públicos y para seguir construyendo Castilla y León, que son los ejes de su programa de investidura.
En primer lugar se dirigió a los políticos para "ser más austeros, más eficientes, más abiertos, más cercanos y más normales, gente normal para gente normal". Después, remarcó que "aquí no puede haber ninguna alegría ni conformidad" mientras haya casi 200.000 parados y la gente de la calle no perciba la mejoría de los "números".