Empezando por el Presidente del Estado y el mismo Primer Ministro Benjamín Netanyahu, toda la plana mayor del generalato activo y, lo más importante, los pasivos, los ya retirados, también todos los principales periodistas, aquellos acostumbrados a ser formadores de opinión, ministros y parlamentarios peleaban por estar cerca de lo que ellos presumen serán los pesos pesados, estar cerca de donde el sol puede comenzar a calentar.
El suculento menú bufet, contra lo tradicional en éstas reuniones, había dejado de ser importante, todos estaban en la búsqueda de algún apretón de manos, pese a que la prensa no pudo ingresar con sus cámaras, los celulares cumplieron su función, muchas de esos apretones de manos y fotos selfie serán parte de la campaña electoral.
Se dice que la campaña electoral insumirá a los partidos políticos y a los que pelean por un lugar en sus internas para ingresar al parlamento, sumas muy cercanas a los US$ 3.000 millones, favor leer nuevamente, no son números al azar o producto de mí divagación, es posible que aún me esté quedando corto. Son muchos los que bajo los nombres de las nuevas profesiones, consultores y asesores estratégicos, periodistas, comentaristas políticos, publicistas, comunicadores sociales, productores y empresarios multimedios, especialistas en redes sociales, guías electorales, etc, etc, nombres que solo encubren una verdadera máquina de extraer fondos con los que éstos imaginan salvar sus futuros.
Diariamente aparecen cientos de encuestas, cada uno encarga la suya, con ellas pretenden medir su penetración en el favor de la gente, todos son expertos en ellas, he sido testigo de 2 jóvenes de 13 años, seguramente mucho más inteligentes y capaces que muchos mayores y especialistas trabajar en ello, sin ofender a nadie me atrevo a presumir que muchas de ellas ni se realizan, no tienen valor científico alguno, lo qué si se confecciona es la correspondiente factura para cubrir el “ costo “ del servicio.
Pero algo concreto sí pueden deducirse de las encuestas, éstas saltan automáticamente cuando en sus filas, como punta de lista o segundo, es incorporado uno de los nombres de algunos de los generales que hoy circulan por todo el tablero electoral, requeridos por todos son comodines válidos que pueden estar con cualquiera, ideología ninguna.
Los problemas que hacen a la seguridad de Israel definen que el electorado vea en ello la inclinación de su voto, en un segundo plan, atrás y muy lejos, quedan los problemas sociales.
En mis artículos intento ser claro en los análisis y conceptos e introducir lo menos posible nombres propios que a los lectores nada dicen, salvo que éstos tengan una fuerte penetración y conocimiento internacional.
En éstas elecciones no está en dudas quién será su seguro ganador, Benjamín Netanyahu, aquí no está el problema, convencidos que por diferentes razones, las judiciales son solo parte de ellos, su reinado será muy corto, ésta es una elección a la que muchos ven como intermedia, el fin político de Netanyahu está cerca, todos pelean por lo que vendrá después.
El ser militar, tener charreteras tiene sus privilegios.