Auténticos despropósitos que posteriormente aparecen publicados en los distintos medios de comunicación para adoctrinar a sus lectores, lo cual, lógicamente nunca consiguen por tratarse de grotescas incongruencias en forma de encuestas, siguiendo instrucciones del actual presidente del Gobierno.
Todos recordamos las múltiples ocasiones en las cuales el Jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, prometió la convocatoria de elecciones generales, para contradecirse con la misma facilidad al poco tiempo afirmando que la oposición debe tomárselo con más calma, dado que su pretensión, tal como recuerda asiduamente en sus últimas declaraciones, es agotar la legislatura hasta el 2020.
Sánchez se propuso aprovecharse descaradamente del CIS y es cierto es que lo ha conseguido. Su pretensión siempre pasó por convertirlo en un artilugio para su uso y abuso personal y lo logró, con el agravante de haber recortado su periodicidad de tres meses a uno y consiguiendo dotar al organismo de mayor facilidad para elaborar sus manipulaciones de Tezanos, al cual parece no preocuparle pasar a la categoría de desprestigiado pero bien remunerado y eludiendo olímpicamente todos los insultos y descalificaciones, incluidos los de sus propios compañeros de profesión.
Previamente al nombramiento de don Félix, el PSOE contada con el 22,66% de los votos y 85 escaños. Se encontraba en el peor nivel y considerado como un partido a la baja. Curiosamente y transcurrido un mes y con la vara mágica del ilustre sociólogo, el partido creció nada menos que 8 puntos, pasando a ser la primera fuerza política, con la esperanza de que ganaría las elecciones en caso de que fuesen convocadas.
Lo que resultada inadmisible es que todas las restantes empresas demoscópicas considerasen la distancia entre el PSOE y otros partidos de dos a tres puntos, en el CIS la diferencia fuese de 11 puntos. Con tal resultado, dicho organismo difícilmente podría se considerado seriamente sino simplemente como un instrumento de apoyo más para el PSOE. Recordemos que el Gobierno todavía no ha aprobado los PGE a pesar de someterse a las continuas humillaciones de los nacionalistas catalanes.
Comportamientos como los comentados en estas líneas glosando las últimas actuaciones del el CIS, dicen muy poco en su favor, de ahí que la ciudadanía ya no le otorgue la misma categoría, prestigio y responsabilidad de la que gozaba con anterioridad… ¡¡Tiempo al tiempo!!