A mis casi 79 años los placeres de la vida pasan por carriles de lo mental, nietos, pensar, escribir, asesorar, algunas charlas y conferencias, intentar mantener las neuronas activas y lubricadas, no permitir el herrumbre y su oxidación, lujos de privilegiados, lo soy.
Hace meses envié a una de las principales productoras televisivas de Israel la primera parte de una novela con formato televisivo, en la misma un poco de todo como son los actuales éxitos, mucho espionaje y complicaciones internacionales, obviamente que los nombres del Mossad y otros servicios del mundo no podían ser ajenos, todo posiblemente enfocado un poco diferente a lo común y clásico, el envío fue un tiro al aire del que nada esperaba tan es así que, sin esperanza alguna, además el sentido común me dice que deben ser miles los que envían libretos, ya me había olvidado de ello.
El llamado hacía referencias a dicho envío y me solicitaban remitirles un poco más del material escrito con sus derivaciones, que en principio les interesaba, es de imaginar mi sorpresa, nunca imaginé a ésta altura de mi vida ser escritor o libretista televisivo.
Es el mismo día en que desde Londres trasciende la noticia de que el Mossad israelí sacó, hizo desaparecer de Irán encubierto como refugiado a uno de sus principales investigadores nucleares, la mejor y más sensible información acumulada en la mente de una persona, los pormenores del operativo son de ciencia ficción pura, como siempre en temas similares aquí nadie confirma ni desmiente.
Yossi Cohen el jefe del Mossad, solamente 56 años, había llegado a ser número dos de la institución, en su momento se retiró para ocupar diferentes funciones académicas dentro de los principales institutos en seguridad internacional, regresó para encabezarlo mirando 50 años hacia adelante, su aspecto personal hace que dentro de su círculo de amistades fuera conocido con el apodo de “el dugmán”, el modelo, muchas historias se han escrito al respecto relacionando los 30 años que integró los servicios en diferentes funciones, dicen que seguramente dentro del marco estrictamente profesional de algunas de ellas lo habrán llevado a relacionarse con bellas mujeres, el modelo en acción, con toda naturalidad también podría haber sido tapa de alguna revista femenina.
Retornó a los servicios secretos para continuar con su tecnificación de avanzada, posiblemente entre los 3 mejores del mundo, toda acción tiene que estar respaldada por una certidumbre previa total y absoluta, ello solamente la tecnología puede brindarla, luego si se producen fallos o fracasos en los operativos éstos siempre son humanos.
Vale recordar el caso de Marcus Klinguer, famoso espía de la ex Unión Soviética hace años fallecido en Suiza, introducido en Israel en donde en su momento fue condenado a 18 años de prisión, un espía que llegó a liderar lugares de alta sensibilidad en lo que hacen a la seguridad de Israel, por su fallecimiento mucho se habló al respecto, muchas historia salieron a la luz, una de ellas de cómo la Unión Soviética lo introdujo amparado como inmigrante judío que por su sionismo venía a radicarse a Israel, lo mantuvieron dormido, lo plantaron como se dice dentro del ambiente de los espías hasta que decidieron despertarlo para que comenzara a suministrar información.
Ejemplo válido, existen muchísimos similares en el mundo, para imaginar el gran problema que tienen sobre sí los servicios secretos de los diferentes países europeos, dentro de los millones de refugiados que llegaron con seguridad hay muchos que están “plantados” esperando instrucciones para actuar, pueden estar años inactivos, como los volcanes, de repente se despiertan. Es un trabajo en donde el Mossad con su mejor base de datos del mundo juega un rol fundamental intercambiando información con los servicios de colegas de los diferentes países.
Hace años un misterioso virus destruyó, infectó el corazón, el núcleo duro del avance nuclear en Irán, ello produjo una demora de varios años en su desarrollo que no requirió de ataques con aviones ni otros explosivos para intentar llegar a lo más secreto y cuidado de sus proyectos que seguramente se desarrollan enterrados varios pisos bajo tierra, no se llevó vidas humanas, nadie asumió la responsabilidad pero todas las miradas tenían una sola dirección, no había muchos con capacidad y en condiciones de llevar a cabo una acción tan perfecta, primero en información y segundo en ejecución.
El masivo ataque cibernético que en la última semana se expandió y preocupó a muchos países y empresas, además de ayudar a las empresas israelíes especializadas en seguridad informática a facturar en pocos días muchos cientos de millones de dólares adicionales, demostró una vez más por donde irán las futuras guerras.
Y de repente el Mossad, el mismo Mossad rodeado de una aureola de misterio y fantasías, aparece públicamente intentando adelantarse en el tiempo, en esas guerras en donde los aviones serán reemplazados por computadoras llenas de neuronas.
Cuando vi la publicidad, luego de la sorpresa inicial me levanté y aplaudí, mi esposa con ello confirmó que la locura ronda cerca mío, soy un admirador de las publicidades originales, y ésta sin duda lo era, los curiosos pueden verla en
El Mossad creo un fondo de inversión de riesgo, Libertad se llama, por su nombre en español es posible que ello indique que detrás de la idea este algún latinoamericano que trabaja en sus filas, no tiene objetivos comerciales, simplemente apoyar con aportes de entre 500 mil a un millón de dólares a esos jóvenes emprendedores llenos de ideas que parecen de otro mundo, la búsqueda, la captación de talentos, esos brillantes jóvenes llenos de fantasías, alguna vez alguien imaginó que todas las fantasías del famos auto fantástico al día de hoy ya serían obsoletos, jóvenes cuyo lugar de trabajo son un rincón de sus propias casas.
Es casi seguro que muchas de esas locuras de hoy, cuando de aquí a 100 años se desclasifiquen documentos secretos nos enteremos que el micro chip implantado a una mosca que transmitía información, o el programa que en tiempo real leía y convertía en palabras los movimientos físicos de las personas u otras que hoy parecen ciencia ficción pura comenzaron con el aporte de esos modestos 500 mil dólares iniciales del fondo del Mossad apoyando a la inteligencia.
En el medio muchos de ellos, además de los proyectos secretos, seguramente serán merecedores del Nobel u otros grandes premios internacionales por haber sido parte del descubrimiento de una vacuna contra el cáncer o de otros que multipliquen exponencialmente la oferta de alimentos en el mundo, los campos de acción son ilimitados, aún todo está por verse.