La vicepresidenta, Delcy Eloína Rodríguez Gómez, lleva meses trasladando, en aviones privados de la compañía Sky Valet, grandes sumas de divisas y lingotes de oro para asegurarse un exilio dorado de toda la cúpula chavista. Dichas valijas están siendo depositadas en países donde se les garantice que las reclamaciones de Estados Unidos no sean aceptadas.
Además, se están destinando grandes sumas de divisas en pagar a políticos cercanos al chavismo para que influyan en organismos internacionales, ya que si Donald Trump logra hacer caer a Nicolás Maduro se espera una dura campaña y persecución contra ellos.
Servicios de inteligencia no ven ajeno a esta maniobra el reciente viaje de la vicepresidenta venezolana a Madrid, el pasado 20 de enero, donde después de entrevistarse con responsables del gobierno socialista, descargaron del avión no menos de cuarenta maletas que se depositaron en un vehículo diplomático de la embajada de Venezuela, sin que se permitiera una inspección por las autoridades aduaneras, ya que se clasificó como valija diplomática.
Se tiene la certeza de que esas cuarenta maletas contienen miles de millones de dólares en divisas y lingotes de oro para sobornar a diferentes autoridades.
La situación de España con respecto a este tema es complicada. Por un lado, el PSOE de Felipe González recibió a partir del año 1976 miles de millones del entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez -presidente entonces de la Internacional Socialista-, para ayudar a que los socialistas ganaran las elecciones en España.
Posteriormente fue el propio Hugo Chávez quien ordenó crear y financiar un partido político chavista-comunista en España, tras el ridículo que le hizo pasar el Rey Juan Carlos I con la famosa frase “por que no te callas”, el 10 de noviembre del 2007 en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Santiago de Chile. El partido de Pablo Iglesias, Podemos, es fruto de esa financiación que posteriormente ha continuado en tiempos del actual presidente Nicolás Maduro.
Las relaciones de la delegación española en ese país y, sobre todo, la posición a favor del régimen chavista del expresidente español Rodríguez Zapatero, así como las comisiones que se reparten a intermediarios -exministros españoles, entre otros- del petróleo que España compra a Venezuela, hacen pensar que España se opondrá a la intervención que planea Estados Unidos en dicho país caribeño para reinstaurar un régimen democrático.