“Insistimos al Gobierno para que impulse un Pacto de Reconstrucción Nacional, apruebe mañana una primera propuesta en el Consejo Ministros y lo traigan al Congreso el próximo jueves”. Así se ha referido la presidenta de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, en una rueda de prensa telemática tras la reunión del Comité Ejecutivo del partido liberal. Arrimadas ha recordado que ya le ha pedido por carta y por teléfono a Sánchez unos nuevos pactos de la Moncloa “por la reconstrucción de la unidad”. “Necesitamos consensuar una salida progresiva de esta situación; un plan alternativo, moderado, realista, razonable”, ha dicho, “le pido al Ejecutivo que deje de dar excusas y que haga propuestas”.
“Hablen, consensúen, evalúen con la oposición y con los agentes sociales”, ha sentenciado la diputada liberal al Gobierno, “no es una lucha ideológica, sino contra el virus”. En esta línea, Arrimadas ha solicitado al Ejecutivo que “abandone las improvisaciones y la unilateralidad ante las medidas que marcarán el futuro del país” y que “van a afectar a millones de personas durante mucho tiempo”.
Sobre la actividad del Congreso, la portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos (GPCs) ha afirmado que “vamos a seguir proponiendo la fórmula telemática para celebrar las sesiones de control, plenos y comisiones”. “Mañana volveremos a insistir en este mecanismo con Edmundo Bal en la Junta de Portavoces para no poner en peligro a ningún trabajador y para que haya control parlamentario”, ha explicado.
En otro orden de cosas, la presidenta de la formación naranja ha trasladado que “el Comité Ejecutivo de Cs ha aprobado la exoneración de las cuotas de afiliados a los afectados por Coronavirus”. Además, ha anunciado que “la Ejecutiva de Cs ha propuesto que la Asamblea General del partido se celebre el 30 de abril de manera telemática” y “con todas las garantías”, si así lo ratifica el Consejo General.
La portavoz parlamentaria de Cs ha comenzado con unas palabras de apoyo para las familias de los fallecidos por Covid19, para los profesionales que trabajan durante la crisis y para las familias de Alberto y Joaquín que siguen, tras dos meses, sepultados en el vertedero de Zaldíbar.