La primera ya la conocemos bastante bien –ha desaparecido la novela y la ensoñación- y estamos bastante centrados en que lo que hay es lo que tenemos delante, y debemos seguir investigando los temas que hoy son frontera: La relación de los Quarks, el posible Bosón de Higgs, o la verdad sobre los Agujeros Negros y la posible Antimateria. Hemos desarrollado la Física, la Química o la Biología. Ya nadie llama ni sigue a Dios en estas materias.
En lo que seguimos los humanos enganchados, según el informe de Yony, es el la famosa… Metafísica. Vaya problemita que con su absoluta ignorancia sobre el tema nos ha legado el tal Aristóteles. Y sobre esta pretendida Materia se ha desarrollado toda la Escolástica, y bastante de toda la Filosofía llamada Racionalista, y llegó al mismo Wittgenstein. Porque todos ellos se empeñaron en desvelar la espiritualidad y el sueño Humano. Cuando ya, Shaquespeare (1.564-1.616), y Calderón (1.600-1.681), lo habían esclarecido en su totalidad… “Los sueños, sueños son”. No hay nada más. No es más que el sentimiento humano generado por su relación con el entorno. Y ahí, cada individuo, y cada grupo, con sus adoctrinamientos, pueden soñar locuras, barbaridades, o las ilusiones que les lleven a puertos de convivencia y sociabilidad.
Ahora toca buscar “Verdades Objetivas” dentro de la vieja… Metafísica.
¿Qué es objetivamente hablando la Metafísica? - El desconocimiento absoluto que las culturas Míticas tenían y tienen del encuadramiento para un estudio racional y científico de los sentimientos y las Emociones Humanas. No tenían la más mínima idea de cómo funciona nuestro cerebro.
Nosotros, ahora, estamos dando pasos para adentrarnos en sus profundidades, no hemos pasado de la simple superficie. Aunque ya Yony nos recomienda que leamos a la antropóloga americana, Helen Fisher, (1.945), y su libro “El primer Sexo”, y al Portugués Antonio Damasio, (1.944), asentado en EEUU y profesor en una de sus universidades, con su maravilloso libro, “Y el cerebro creó al hombre”. No dejéis de leer a ambos.
Como los pensadores antiguos no disponían de regla alguna en la que basarse para iniciar el estudio, lo que hicieron fue crear una serie de teorías. A cual más disparatada. Aquellas que mejor fueron encuadrando se declararon las válidas. Igual que cientos de años antes hicieron los “Físicos” Helenos con la materia del mundo: Que si los principios eran cuatro- aire fuego, agua y tierra- que si eran los “Átomos”, que si era la “esencia”… después ya llegaron los primeros y verdaderos conocimientos. Hasta que supieron que el “Agua” no es más que la unión en proporción de 2 a 1 de dos gases, Hidrógenos y oxígeno, pasaron miles de años…
Como aún a día de hoy no se dispone de una base sólida para iniciar el estudio de las emociones, deseos, sueños y aspiraciones y frustraciones humanas, se habla del espíritu, de la aspiración religiosa, o de los asuntos espirituales. Es decir, quiere seguir hablando de la… Metafísica.
Como si todas esas cosas “Espirituales” fuesen distintas del mundo, físico. Ya Guillermo de Ockham hacia 1.350 D.C. dejó bien claro que toda la información que nos llega, y la que hace maniobrar nuestra “Alma”, “Espíritu”, en realidad Cerebro, sale del mundo, físico, y la adquirimos por nuestros sentidos, físicos. Según nos va a sí pensamos y reaccionamos. Por ello solo es información, física, que se adquiere con sentidos, físicos, y proporcionarán nuevas reacciones en el mundo, físico.
¿Dónde nace lo… Metafísico? Y, peor aún, ¿Dónde se da, y cómo es el cable que conexiona el mundo físico y el metafísico? ¿Hay un paso, camino, de uno al otro y en ambas direcciones? ¿Si solo somos mundo físico cómo podemos relacionarnos con el mundo metafísico? ¿Pueden relacionarse el día y la noche?, o es de día o es de noche. ¿Pueden relacionarse el agua y el aceite? O es una o el otro, ¿O son agua y azúcar y pueden fusionarse? ¿Entonces ya no son dos mundos diferentes, sino en permanente relación? Luego, un solo mundo. En fin…
Lo que nosotros ya sabemos, y nos resalta Yony para que nos fijamos en ello, es que no es más que la reacción de nuestro cerebro ante el entorno. Un animal y una persona sin formación alguna no reacciona ante la “espiritualidad”, es necesario que se le forme con actos, palabras y demostraciones “físicas”. Que entran por sus sentidos físicos para poder asimilarlo.
La verdad objetiva es que disponemos de muy pocos conocimientos de cómo funciona nuestro cerebro. Del porqué de nuestras emociones y reacciones.
Y va siendo hora que nos pongamos a estudiar e investigar todo lo que podamos.
Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.