Para ellos, el dinero tiene que estar en los bancos y tú pagas con la tarjeta, la cual no deja de ser un medio de control embozado.
Tener el dinero en casa o en otro lugar no vale, tiene que estar en los bancos, así es lo que tratan de ir imponiendo.
Por supuesto que las justificaciones son muy variadas, como por ejemplo evitar que se comentan delitos financieros o fraudes, robos, evitar con ello el mercado negro, etc...
Sin embargo, la eliminación del efectivo ha traído consigo a la ciberdelincuencia.
Vemos cada día cómo los ciberataques son cada vez más frecuentes tanto a particulares, empresas o instituciones de los estados.
El delito digital se ha extendido enormemente.
Por tanto, deberían ponerse en marcha paralelamente políticas de ciberseguridad para resguardar a las personas de sus derechos en el ciberespacio.
Por otro lado, si observamos detalladamente a las naciones que han retirado el dinero en efectivo por transacciones bancarias, esto ha sido así no por algún tipo de genialidad de estos lugares sino porque estas operaciones no son usureras por parte de las empresas que las realizan.
Es un sistema que no esquilma a los clientes ni se pasa el tiempo inventando gastos de los cuales no dan ninguna explicación como el caso España.
La banca en estos países no se ha visto involucrada en escándalos que le hayan hecho perder la credibilidad ante la población.
Es un hecho también de que los propios estados han creado ellos mismos los paraísos fiscales y entonces parece tener poco interés el hecho de controlar todo el dinero que les llega, tanto si es lícito como ilícito.
Esto de la tarjeta es más bien para las sociedades comunes en general dado de que existe un hecho significativo: las grandes sociedades que dominan el comercio no están en este juego ya que ellas viven del comercio clandestino, el tráfico de armas, la trata de personas, el trabajo esclavista o negro, drogas, divisas y que ese dinero proviene del trabajo infantil, trabajo en condiciones infrahumanas, hacinamiento, peligros extremos laborales y un etc. largo.
Este dinero después se puede blanquear con facilidad a través de la complicidad de las empresas bancarias.
Y, finalmente, hemos asistido en estos últimos años al auge de las economías especulativas donde es esa concentración de capital lo realmente importante y lo demás no interesa.
Nada más por hoy, muchas gracias por el interés.