“Es emocionante ver la historia de un municipio resumida en unos símbolos que representan a tantas generaciones y algunos hechos que han configurado lo que hoy es Rasueros”, ha declarado Félix Álvarez, diputado de la Zona de Arévalo asistente al acto.
a cruz de San Andrés, de plata, sobre campo de gules -el propio de Castilla- domina el blasón de forma redonda o española. Sobre ella, en un escusón central, aparece la torre fortificada que estuvo situada en el solar que hoy ocupa la iglesia de San Andrés y que sirvió de protección a los primeros pobladores de Rasueros durante la repoblación, entre los siglos XI y XII.
Dos torres con almenas en los flancos del escudo recuerdan a las dos antiguas aldeas de la Tierra de Arévalo que acabaron integradas en Rasueros: San Cristóbal de Trabancos (hasta el siglo XX, La Cebolla) y Astudillo (hoy un despoblado en el cruce de los caminos de Mamblas a Horcajo de las Torres y de Madrigal de las Altas Torres a Rasueros); mientras que dos coronas reales castellanas, abiertas, en las partes superior e inferior del escudo aluden a la condición de realengo del municipio, es decir, que dependía directamente del rey, no de señor alguno. Timbra el escudo la Corona Real de España como adscripción indubitada del municipio al conjunto de ciudades y villas del Reino en la actualidad.
“Ha sido un acto muy emotivo, en el que la alcaldesa, Purificación Escribano, ha estado acompañada por vecinos, nueve alcaldes de la zona y distintos jefes de Servicio de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León”, ha señalado Álvarez. Nino Nieto, vecino de Rasueros, ha sido el encargado de explicar a los asistentes el significado de los distintos elementos del escudo.