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Piedrahita, un municipio con alma medieval y aire ducal

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Piedrahíta, enclavada en el valle del Corneja (Ávila), es un municipio de 1.811 habitantes que combina la sobriedad castellana con el esplendor de su pasado nobiliario. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 2008, sus calles empedradas y casonas de granito narran siglos de historia, desde su fundación en el siglo XI hasta su apogeo como residencia de los Duques de Alba.

El Palacio de los Duques de Alba: De residencia versallesca a colegio público
El emblema indiscutible de Piedrahíta es el Palacio de los Duques de Alba, construido entre 1755 y 1766 por el arquitecto francés Jacques Marquet bajo encargo del XII duque, Fernando de Silva. Este monumento neoclásico, declarado Bien de Interés Cultural en 1993, destaca por sus jardines al estilo versallesco y su patio de armas. Aunque sufrió saqueos durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, su estructura exterior se mantiene imponente. Hoy, alberga el CEIP Gran Duque de Alba, donde los alumnos estudian bajo techos que acogieron a figuras como Goya, quien pintó aquí bocetos de La Vendimia y El Verano. Los jardines, ahora parque público, conservan el estanque central y una escalinata de granito que conecta con el instituto IES Gredos.

Iglesias: Entre leyendas y arte sacro

  • Iglesia de la Asunción: Erigida en el siglo XIII sobre los restos de un castillo donado por la reina Berenguela, mezcla estilos gótico y renacentista. Su torre almenada y el Museo de Arte Sacro, con piezas como el retablo de Santa Ana o el púlpito tallado del siglo XV, son joyas imperdibles.

  • Convento de las Carmelitas Descalzas: Fundado en 1460, su portada gótica exhibe el escudo de los Alba. En su interior, destaca El Granadino, un lienzo de Alonso Cano.

  • Ruinas del Convento de Santo Domingo: Desamortizado en el siglo XIX y usado como cementerio, conserva vestigios de bóvedas de crucería y la capilla mayor, donde reposan los restos de Hernando Álvarez de Toledo, señor de Valdecorneja.

Plaza de Toros Monumental: Herencia herreriana
Inaugurada en 1951 y diseñada por Clemente Oria, la Plaza de Toros Monumental de Castilla la Vieja sorprende por su graderío de piedra y detalles herrerianos, como las bolas de su puerta principal. Es escenario de eventos culturales y un testimonio de la tradición taurina local.

El antiguo cementerio: Memoria entre ruinas
Aunque no se menciona explícitamente una restauración en la colonia de Moraña, el Convento de Santo Domingo —convertido en cementerio tras su abandono— simboliza la reutilización de espacios históricos. Sus ruinas, con capillas góticas y enterramientos nobles, son un recordatorio de la transformación urbana tras la desamortización.

Economía: Entre la tradición y el turismo
La economía de Piedrahíta ha evolucionado desde su pasado agroganadero, impulsado por los Duques de Alba, hacia un modelo mixto. El turismo cultural y de naturaleza (parapente en el Puerto de la Peña Negra) convive con la agricultura y la artesanía, como la producción de yeso rosado, técnica ancestral aún vigente. La Fiesta Goyesca, que recrea el ambiente del siglo XVIII, atrae a miles de visitantes cada junio.

Habitantes: Un pueblo en equilibrio demográfico
Según el último censo, Piedrahíta cuenta con 1.811 habitantes y una densidad de 65/km². Aunque el envejecimiento poblacional es un reto común en la España rural, iniciativas como el turismo activo y la conservación patrimonial buscan revitalizar la comunidad.


En síntesis, Piedrahíta es un lienzo vivo donde se entrelazan historia, arte y naturaleza. Desde los ecos de Goya en su palacio hasta el vuelo de parapentes sobre sus montañas, este rincón de Ávila invita a perderse en el tiempo sin perder de vista el futuro.

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