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Mingorría: Un rincón histórico entre la meseta y la tradición

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A escasos 12 kilómetros de Ávila, en el corazón de Castilla y León, se alza Mingorría, un municipio que encapsula la esencia de la España rural. Con poco más de 400 habitantes, este pueblo combina historia, patrimonio y una vida comunitaria vibrante, resistiendo al éxodo rural que ha marcado a la región.

La iglesia que desafía el tiempo
El emblema arquitectónico de Mingorría es la Iglesia de San Pedro Apóstol, una joya del siglo XVI que domina la plaza principal. Su estilo herreriano, con influencias barrocas, alberga un impresionante retablo mayor y un órgano monumental, testigos de la relevancia histórica del municipio. Las columnas churriguerescas y la planta en cruz latina reflejan el esplendor de una época en la que Mingorría fue clave para la extracción de granito, usado incluso en el Monasterio de El Escorial. Cerca, la Ermita de Nuestra Señora del Rosario y las ruinas rehabilitadas del Cristo del Berrocal añaden un matiz espiritual y arqueológico, este último con una fiesta centenaria donde se comparten hornazos y canciones tradicionales.

Economía: Entre el campo y el turismo emergente
La vida económica de Mingorría gira en torno a la agricultura de secano —trigo, cebada y leguminosas— y la ganadería ovina y bovina, pilares que han sustentado a generaciones. Aunque el declive de la cantería, otrora vital, dejó huella, hoy resurge un turismo rural atraído por su patrimonio y paisajes. Las casas rurales y rutas como la de los molinos harineros del río Adaja —vestigios de una industria del siglo XII— buscan revitalizar la economía local.

Fiestas: El alma de un pueblo
Las fiestas patronales son el termómetro de la vitalidad mingorriana. En agosto, las calles se llenan durante las Fiestas de San Roque y la Virgen, con verbenas, mercados medievales y competiciones de mus, dominó o aguagym. En octubre, la Bajada de la Virgen del Rosario congrega a devotos en una procesión emotiva desde la ermita hasta la iglesia, acompañada de bailes y juegos infantiles 25. Mención aparte merece la Fiesta de las Aguas, celebrada el miércoles tras Semana Santa, donde leyendas y tradiciones se mezclan con repostería típica y música de dulzaina.

Un futuro entre raíces y modernidad
Mingorría, pese a su tamaño, no es un pueblo estático. Proyectos como la comunidad energética local 4 o el impulso al teatro escolar en el Colegio Miguel Delibes muestran su apuesta por un desarrollo sostenible. Con un alcalde del PP al frente, el municipio busca equilibrar su herencia histórica con iniciativas que atraigan a nuevos residentes y visitantes, asegurando que su legado —desde los verracos vetones hasta las recetas de lechazo asado— siga vivo para las próximas generaciones.

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