En el corazón de Castilla y León, enclavado en la provincia de Ávila, se encuentra Benitos, una localidad que parece detenida en el tiempo. Con apenas 15 habitantes en 2023, este pequeño núcleo perteneciente al municipio de Narrillos del Rebollar es un ejemplo de la España rural que resiste al despoblamiento. Su altitud, a 1.298 metros sobre el nivel del mar, y su ubicación entre cerros, le otorgan un paisaje agreste y una tranquilidad que atrae a quienes buscan escapar del bullicio urbano.
La iglesia de San Pedro Apóstol: Legado espiritual
El alma de Benitos late en su iglesia parroquial, dedicada a San Pedro Apóstol. Este templo, construido con la robusta piedra granítica típica de la región, no solo es un símbolo religioso, sino también un testimonio histórico. Aunque su estilo arquitectónico se enmarca en la sencillez rural, conserva elementos que evocan siglos de devoción. En el siglo XIX, ya se mencionaba su importancia como centro espiritual, siendo incluso anejo de pueblos vecinos.
Una población en declive, pero con raíces profundas
La demografía de Benitos refleja un fenómeno común en la España vaciada: de los 58 habitantes registrados a mediados del siglo XIX, hoy apenas quedan una quincena. La juventud migra hacia ciudades más grandes, y el envejecimiento de la población marca el ritmo de vida. Sin embargo, quienes permanecen mantienen vivas tradiciones centenarias, como el cuidado de huertos y rebaños, actividades que aún definen su economía de subsistencia.
Economía: Entre el pasado agrícola y el potencial turístico
La economía de Benitos gira en torno a la agricultura y la ganadería, herederas de su pasado. Cultivos como el centeno, la cebada y el lino, junto con la cría de ovejas merinas y vacuno, han sido históricamente su sustento. Hoy, aunque estas actividades persisten, el pueblo explora tímidamente el turismo rural. Su proximidad a ciudades como Madrid (a 108 km) y su entorno natural —ideal para senderismo— atraen a visitantes en busca de autenticidad.
Fiestas patronales: Celebrando a San Pedro
Las fiestas patronales en honor a San Pedro Apóstol, celebradas a finales de junio, son el evento más destacado del calendario local. Aunque modestas en escala, estas festividades reúnen a vecinos y antiguos residentes en torno a misas, comidas comunitarias y actividades lúdicas. La ermita de Nuestra Señora de Riondo, situada a las afueras, también cobra protagonismo en romerías, recordando el fervor religioso que un día animó a una población más numerosa.
Un futuro entre desafíos y esperanzas
Benitos enfrenta el reto de revitalizarse sin perder su esencia. Proyectos de turismo sostenible y la promoción de su patrimonio podrían ser claves para frenar su declive. Mientras tanto, sus calles empedradas, sus noches estrelladas y su iglesia centenaria siguen siendo testigos de una historia que, aunque escrita a pequeña escala, merece ser contada.