www.lavozdeavila.com

Cardeñosa: Un rincón de historia viva al pie del Castro de las Cogotas

Escucha la noticia

En el corazón de la provincia de Ávila, donde la meseta castellana se tiñe de granito y memoria, se alza Cardeñosa, un pequeño municipio que respira historia en cada piedra y en cada rincón. A apenas 14 kilómetros de la capital abulense y a 120 de Madrid, este pueblo de 419 habitantes —según los últimos datos oficiales— se erige como un testigo silencioso de siglos pasados, con un legado que trasciende sus modestas dimensiones. Desde el imponente Castro de las Cogotas, un yacimiento que dio nombre a toda una cultura de la Edad del Hierro, hasta la sobria belleza de su iglesia, Cardeñosa es mucho más que un punto en el mapa: es un viaje al alma de Castilla.

El Castro de las Cogotas: Un gigante de la prehistoria

No se puede hablar de Cardeñosa sin detenerse en el Castro de las Cogotas, un asentamiento fortificado que domina el paisaje desde un cerro a orillas del río Adaja. Este enclave, con sus 14,5 hectáreas de superficie, es uno de los poblados vetones mejor conservados de la Península Ibérica. Datado entre los siglos VII a.C. y III d.C., sus murallas, fosos y campos de piedras hincadas revelan la destreza de un pueblo que supo combinar defensa natural y arquitectura militar. Los vetones, una aristocracia guerrera que prosperó gracias al comercio de la Vía de la Plata, dejaron aquí su huella, visible hoy en un recorrido señalizado que invita a los visitantes a retroceder miles de años. Juan Cabré, arqueólogo pionero, desenterró en los años 30 piezas clave que hoy enriquecen el relato de este lugar, mientras que congresos recientes, como el organizado por el Ayuntamiento y coordinado por Jorge Díaz, mantienen viva la investigación y el interés por este tesoro arqueológico.

La iglesia de la Invención de la Santa Cruz: Fe tallada en piedra

En el núcleo del pueblo, la Iglesia de la Invención de la Santa Cruz se alza como un símbolo de devoción y oficio. Su construcción comenzó a finales del siglo XV, con el respaldo del Concejo de Ávila, que en 1518 otorgó madera para acelerar las obras. Finalizada en el siglo XVI, esta edificación de mampostería exhibe la simplicidad y robustez propias de la arquitectura serrana, con detalles de cantería que delatan el talento de los artesanos locales. Los canteros de Cardeñosa, generación tras generación, han hecho de la piedra no solo un medio de vida, sino un arte que aún resuena en las fachadas de las casas tradicionales, con sus corrales traseros y alineaciones simétricas.

Una economía de raíces y esfuerzo

La economía de Cardeñosa ha estado históricamente ligada a la tierra y a la piedra. La cantería, oficio emblemático del pueblo, surgió de los afloramientos graníticos que salpican el paisaje, convirtiendo a sus habitantes en maestros del puntero y el cincel. Aunque esta actividad ha perdido peso con el tiempo, sigue siendo un sello identitario. Hoy, la agricultura y la ganadería sostienen a buena parte de sus 419 vecinos, en un entorno donde los recursos del río Adaja y los pastos circundantes han sido siempre vitales. La cercanía a Ávila y la conexión por carretera y ferrocarril —con la estación de Cardeñosa de Ávila en la línea a Salamanca— facilitan una vida tranquila pero no aislada, mientras el turismo, atraído por el castro y la autenticidad del pueblo, comienza a despuntar como un complemento económico.

Fiestas patronales: El latido de la tradición

La vida en Cardeñosa se anima especialmente con sus fiestas patronales, que honran a sus santos protectores con una mezcla de fervor y alegría comunitaria. La festividad de la Invención de la Santa Cruz, celebrada el 3 de mayo, llena las calles de procesiones y actos litúrgicos que culminan en la iglesia homónima. Pero es en septiembre, con las fiestas en honor a Santa Isabel, cuando el pueblo se vuelca en una explosión de música, bailes y verbenas que reúnen a vecinos y visitantes. Estas celebraciones, marcadas por la sencillez y el arraigo, reflejan el carácter acogedor de una comunidad que, pese a su tamaño, guarda un orgullo inmenso por su historia y sus raíces.

Un pasado ilustre en un presente sereno

Cardeñosa no solo vive de su patrimonio tangible. Su memoria está poblada de figuras como Alfonso de Castilla, hermano de Isabel la Católica, quien murió aquí en 1468 en circunstancias aún envueltas en misterio —quizá envenenado, quizá víctima de la peste—, o Santa Paula Barbada e Isabel de Santo Domingo, hijas ilustres que dejaron su huella en la espiritualidad cristiana. Hoy, este municipio de 40,5 kilómetros cuadrados sigue siendo un refugio de calma, un lugar donde el pasado dialoga con el presente sin estridencias, invitando a quien lo recorra a detenerse, observar y escuchar el eco de una historia que no se apaga.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios