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Ávila se Tiñe de Blanco: Una Jornada Dominical Marcada por la Nieve

domingo 16 de marzo de 2025, 16:13h

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El domingo 16 de marzo de 2025 amaneció con un manto blanco que cubrió tanto el municipio de la provincia de Ávila como su capital, transformando el paisaje en una postal invernal que sorprendió a propios y extraños. Las nevadas, que se prolongaron durante gran parte de la jornada, dejaron tras de sí un escenario de belleza gélida, pero también desafíos para la movilidad y la vida cotidiana en esta región castellana conocida por su altitud y su clima extremo.

En la capital, Ávila, los termómetros oscilaron entre los -2ºC y los 3ºC, unas temperaturas que acompañaron la caída de copos desde las primeras horas del día. La nieve, que comenzó a posarse tímidamente en las murallas medievales, pronto ganó intensidad, cubriendo calles, plazas y tejados con una capa que, en algunos puntos, alcanzó los 3 centímetros de espesor. José Francisco Hernández Herrero, delegado territorial de la Junta en Ávila, había advertido de la llegada de este frente frío, y los equipos de emergencia no tardaron en desplegarse. Las máquinas quitanieves y los operarios municipales trabajaron sin descanso para mantener despejadas las principales arterias de la ciudad, como el paseo de Santo Tomás y los accesos al anillo de seguridad, mientras los vecinos observaban desde sus ventanas el inusual espectáculo.

En el corazón del Sistema Central abulense, la situación fue aún más intensa. Allí, las acumulaciones de nieve alcanzaron los 8 centímetros en apenas 24 horas, con una cota que descendió desde los 1.100 metros hasta los 800 metros a lo largo del día. Localidades como El Barco de Ávila o Piedrahíta, enclavadas en esta zona montañosa, se vieron envueltas en un blanco absoluto que dificultó el tránsito por carreteras secundarias. Félix Álvarez, diputado de Cooperación Económica e Infraestructuras, destacó la labor del operativo de la Diputación, que movilizó nueve quitanieves y esparció toneladas de sal para garantizar el acceso a los municipios más afectados. "Nuestra prioridad es que nadie quede aislado", afirmó con determinación.

En la Meseta de Ávila, la nieve también hizo acto de presencia, aunque con menor acumulación. Los 3 centímetros registrados en cualquier cota fueron suficientes para teñir de blanco campos y caminos, evocando un invierno que parecía resistirse a ceder su protagonismo al avance de la primavera. Los habitantes de pueblos como La Moraña aprovecharon la jornada para disfrutar del paisaje, mientras los ganaderos vigilaban con cautela a sus rebaños bajo las gélidas condiciones.

La alerta amarilla, que se mantuvo activa hasta bien entrada la tarde, marcó el ritmo de un domingo donde la naturaleza impuso su ley. En la capital, Carlos García, presidente de la Diputación, supervisó los trabajos preventivos con fundentes que se habían iniciado la noche anterior, una medida que mitigó los efectos de la nevada en las zonas urbanas. Sin embargo, en las carreteras autonómicas, como la CL-505 o la AV-900, la prudencia fue la consigna, con algunos tramos exigiendo el uso de cadenas.

A medida que el sol se ocultaba tras las nubes, la nieve comenzaba a dar una tregua, dejando tras de sí un Ávila silencioso y resplandeciente. Para muchos, este domingo fue una oportunidad para redescubrir la magia del invierno; para otros, un recordatorio de la fuerza impredecible de la meteorología en estas tierras altas. Lo cierto es que, bajo el frío y los copos, Ávila y su provincia vivieron una jornada que quedará grabada en la memoria colectiva de sus gentes.

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