La radioterapia es uno de los tres pilares básicos del tratamiento del cáncer, junto con quimioterapia y la cirugía. Gracias a ser un tratamiento multidisciplinar y abordar la enfermedad combinando estos tratamientos, se consigue una tasa de curación de más del 85%.
La radioterapia se emplea en más del 70 % de las pacientes y según explica el Dr. Manel Algara, jefe de Servicio y Director del Instituto de Oncología Radioterápica del Hospital de la Esperanza de Barcelona “se trata de un tratamiento igual de eficaz que la cirugía pero con menor morbilidad, su utilización aumenta la supervivencia de las pacientes en una proporción superior a los tratamientos sistémicos”. Asimismo, la radioterapia mejora la calidad de vida de las pacientes de diversas maneras; por un lado, en muchas ocasiones, evita la mastectomía (aunque, actualmente, el 70% de las intervenciones quirúrgicas son conservadoras), por otro, disminuye la necesidad de linfadenectomía (extracción de los ganglios linfáticos) con lo que se disminuye el riesgo de linfedema y por tanto reduce la recidiva loco regional y en las pacientes con tumores más avanzados contribuye a controlar el dolor de las metástasis óseas.
En cáncer de mama, menos es más
Actualmente y gracias a los avances tecnológicos el nuevo paradigma de la oncología radioterápica es reducir el tiempo: “menos es más: hemos ido del máximo tratamiento tolerable al mínimo tratamiento efectivo”, dice la doctora Arancha Eraso, médico adjunto del Servicio de Oncología Radioterápica del Instituto Catalán de Oncología.
Hasta la actualidad, el tratamiento estándar del cáncer de mama ha sido la irradiación de toda la glándula mamaria, eran 25 sesiones. Tras la publicación reciente en Lancet Oncology de dos grandes ensayos multicéntricos con un seguimiento de 10 años se ha demostrado que 4 semanas de tratamiento son equivalentes a 6-7 en la mayoría de las pacientes. “En algunos casos con una semana de tratamiento mañana y tarde o incluso con una única sesión administrada de forma intraoperatoria es sufiente” comenta el Dr. Algara. Otro gran cambio que está experimentando la especialidad es referente a la irradiación parcial frente a la de toda la mama; de esta manera se aplica el tratamiento de una manera más directa y siendo menos agresivo para el tejido sano. Actualmente, está emergiendo un nuevo método de irradiación parcial que es la radioterapia intraoperatoria, que permite administrar el tratamiento directamente sobre el lecho de tumorectomía durante el acto quirúrgico. “Una ventaja de esta técnica es el tratamiento inmediato de la enfermedad residual en la cavidad quirúrgica circundante, eliminando cualquier proliferación de células tumorales entre la cirugía y la radioterapia”, añade la doctora Eraso.
Pacientes activas e informadas
“El perfil más común, actualmente, de las pacientes es el de una mujer de unos 57-60 años a la que en un programa de cribado se le ha diagnosticado un pequeño tumor en la mama, se le ha intervenido mediante una cirugía conservadora y ha recibido quimioterapia y/o, tratamiento antiestrogénico”, explica el Dr. Algara. Asimismo afirma que en este tipo de casos, la supervivencia es superior al 90% de las ocasiones.
Según los expertos, además de los tratamientos, la paciente juega un papel clave y cada vez más activo ya que interviene y participa en más decisiones y está mejor informada. Según la Dra. Eraso “actualmente, las pacientes tienen mayor capacidad de decisión en temas tan importantes como recibir o no quimioterapia en función del riesgo-beneficio, o qué técnica de radioterapia administrarle, si irradiar toda la mama o una irradiación parcial con menor toxicidad en casos seleccionados. Además -añade la doctora- las pacientes jóvenes deciden sobre preservación de la fertilidad”. Por último, la doctora resalta la importancia de que la paciente esté involucrada y sea conocedora de su tratamiento: “las pacientes deben entender que en cáncer de mama hay mucha investigación, lo que implica que cada vez cuentan con más armas terapéuticas contra la enfermedad, tratamientos más eficaces y con menores efectos secundarios y la participación en ensayos clínicos depende exclusivamente de ellas”.
Para promover la participación de las mujeres con cáncer de mama, así como para saber cómo reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y de la radioterapia se ha celebrado el curso “Día Mundial contra el cáncer de mama: disminuir los efectos secundario de los tratamientos” organizado por la Unidad de Mama del Instituto Catalán de Oncología y el Hospital Universitario Bellvitge, en el que han participado tanto oncólogos médicos como radioterápicos, ginecólogos y enfermería especializada, pero que iba dirigida a pacientes. “Se trata de una jornada que cuenta con la participación de las pacientes, creo que, conocer su opinión y experiencias nos puede ayudar a mejorar”, considera la doctora. Esta jornada es una de las pocas actividades promovidas por instituciones que no sean asociaciones de pacientes que cuenta con su participación.