“Ávila no merece los agravios a los que se está viendo sometida. Sufrimos las consecuencias de no estar conectados a la alta velocidad, de acumular unos tiempos de viaje impropios del siglo XXI y de reducciones en la frecuencia de los trenes. A todo ello, se suman ahora las molestias de unas obras que, además, no servirán para nada y no vendrán a poner solución a los problemas de la gente de Ávila para conectarse con Madrid, a través del tren”.
A juicio del diputado socialista, que ha calificado la situación actual del ferrocarril en Ávila como de tomadura de pelo, “la vertebración ferroviaria de la provincia está sufriendo un descalabro tras otro, como consecuencia de las decisiones del Partido Popular. Ávila, por su situación estratégica en la península no puede quedarse con un servicio ferroviario residual y, con tantas trabas y dificultades que le deriven a la supresión total de servicios”.