Si en su momento China tuvo preocupación por su seguridad nacional con respecto a la influencia tecnológica-cultural de Occidente, vetando a algunas aplicaciones, redes sociales y medios de comunicación digitales, lo que hoy estamos presenciando por parte de EE. UU. y aliados es lo que podría ser la legítima preocupación por su seguridad nacional con respecto a la penetración tecnológica china que avanza significativamente.
Lo que no sabemos aún es si en un futuro próximo EE. UU. podría también vetar aplicaciones, redes sociales y medios de comunicación digitales chinos que puedan empezar a desafiar la influencia dominante.
El capítulo Huawei representa a simple vista la puesta en marcha de una nueva Cortina de Hierro por parte de EE. UU. y su radio de influencia para frenar de alguna forma la penetración tecnológica china (el cual se suma a la subida reciente de aranceles por parte de EE. UU. (del 10% al 25%), a las importaciones desde China). Lo que parece improbable que pueda prosperar, teniendo en cuenta lo mucho que podría perder EE. UU. y aliados frente al gigante dragón chino, líder en la producción de litio, cobalto refinado y tierras raras, recursos estratégicos hoy muy necesarios en la producción de artículos tecnológicos. ¿Querrá EE. UU. y aliados prescindir de tales recursos estratégicos? ¿Querrá EE. UU. y aliados prescindir de la mano de obra barata que aún brinda China a sus propias marcas?
Si la Guerra Fría en su momento fue una lucha de poderes en el aspecto militar (entre EE. UU. y la Unión Soviética), hoy la nueva Guerra Fría entre EE. UU. y China es una lucha de poderes en el aspecto económico-tecnológico.
¿El Libre Comercio ha muerto?
Lo que podría estar logrando EE. UU. no es más que frenar el desarrollo tecnológico actual de Occidente, lo que podría permitir el desarrollo pleno de Asia, liderado por China.
Incluso hace poco, el departamento estadounidense de Seguridad Interior (DHS) emitió una alerta para señalar: "el riesgo potencial en materia de datos" de los drones de fabricación china, siendo que el 70% de los drones civiles en el mundo, son producidos por una sola empresa china (DJI).
Tiene razón la empresa (Huawei) al señalar que: "La decisión de EE. UU. les obligará a emplear equipos inferiores y costosos, quedándose atrás en el desarrollo de la tecnología 5G".
Tratar de perjudicar al denominado "Libre Comercio", el cual EE. UU. ha sido su principal promotor a nivel global, resulta contradictorio y perjudicial para la salud económica global. China no ha hecho más que jugar tal como estaban dispuestas las reglas del juego. ¿Querían abrir los mercados? China los abría. ¿Querían mano de obra barata? China lo ofrecía. ¿Querían tener productos baratos? China los tenía. Ahora, ¿cuál es el problema? ¿El problema es que ahora los productos chinos han aumentado de calidad? ¿Cuál es el problema? ¿Están preocupados por la seguridad nacional o más bien temen perder la hegemonía tecnológica frente al gran tsunami tecnológico chino que se avecina?
La situación actual sólo trae incertidumbre para este lado del continente; para China representa nuevos desafíos, nuevos retos.
Rusia, además, debe tomar notas.
Huawei sobrevivirá igual
Quienes piensen que el gigante tecnológico de Huawei tendría sus días contados o que podría irse a la quiebra por el veto estadounidense, están sumamente equivocados. El mayor mercado de Huawei se encuentra en la propia China donde prácticamente las aplicaciones de Google no existen, ya que se utilizan símiles nacionales. Y por otro lado, el mercado de América no representa ni un cuarto del mercado chino.
Donde sí podría llegar a afectar al gigante asiático es en EMEA (Europa, Medio Oriente y Africa), cuyo mercado representa dos cuartos aproximados de lo que representa el mercado chino.
La decadencia de un imperio
Irremediablemente vamos directo hacia un cambio de estructuras de Poder en el mundo. Y EE. UU. como potencia dominante se niega a ceder espacio; le cuesta entender y reconocer la musculatura china en cuanto al ámbito económico y ahora tecnológico; le cuesta entender que el mundo cambió y que su dominio va a la baja, incluso en Europa, donde el nacionalismo poco a poco va adquiriendo más fuerza, lo cual podría amenazar la existencia misma de la OTAN, estructura fundamental la cual permite asentar la influencia norteamericana dentro del continente.
Intentar imponer un muro digital frente a la influencia china sólo se puede traducir en un berrinche infantil de un mal perdedor. Lo único que se podría lograr es que nos dirijamos hacia un aislamiento inútil donde una parte comience a disfrutar aisladamente de un desarrollo que la otra parte se niega a aceptar por consideraciones meramente egoístas.
Da como para preocupar, porque no estamos hablando de dos potencias menores; estamos hablando de las dos potencias principales que en la actualidad mueven la economía del mundo.
¿EE. UU. estará dispuesto aceptar la superioridad tecnológica china y a que el mundo se desarrolle con total equilibrio en el ámbito tecnológico?