Todos los partidos de la oposición apretaron esta noche al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que endurezca las medidas en el combate contra el coronavirus, al considerar que la gestión actual adolece de los mecanismos necesarios para dar respuesta a la expansión de la pandemia.
El líder del PP, Pablo Casado, se declaró durante el debate que concluyó con la autorización al Gobierno para que prorrogue el estado de alarma durante dos semanas más, hasta el 11 de abril, “más preocupado” tras escuchar en el Pleno a Sánchez, al tiempo que le recriminó que haya abandonado “a su suerte” a los sanitarios y que no haya pedido perdón “por una negligencia tan grave” como supone haber “animado” a centenares de miles de personas a manifestarse “masivamente” el Día de la Mujer.
El líder de Vox, Santiago Abascal, directamente reclamó este miércoles que el presidente del Gobierno dimita o permita la formación de un “Gobierno de unidad nacional” si no es capaz de afrontar la crisis generada en España por la propagación del Covid-19, que ya ha provocado más de 3.400 fallecidos.
Incluso Pablo Echenique, portavoz de su socio en el Gobierno, Unidas Podemos, barajó ya ese escenario ulterior de cierre total: “Le solicito que, si cambiara el escenario, si fuéramos a un escenario lamentablemente peor, se pudiera considerar algunos niveles de restricción de movimientos mayores, como han sugerido algunos diputados. La gente es mayor de edad, sabe lo que se está jugando. Vamos a tener que tomar más decisiones complejas”.
Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, pidió al Gobierno que paralice todas las actividades económicas no esenciales para frenar el contagio del coronavirus. “O paramos el país o nos quedamos sin país”, espetó a Sánchez.
“Qué duda cabe de que en la gestión de esta crisis se ha perdido un tiempo precioso. La inacción ha puesto en riesgo a muchas personas, pero, señorías, vivimos un tiempo histórico y no es momento para los reproches. A cada reproche le acompaña mucho más tiempo perdido”, señaló en su turno la diputada de Ciudadanos María Muñoz Vidal.
REEVALUAR MEDIDAS
Desde el PNV, Mikel Legarda constató que, “si no se percibiera en unos plazos razonables” que las medidas restrictivas actuales comienzan a surtir efecto, “habría que replantearlas en su eficacia y reevaluarlas”. Ahora bien, recordó que “una suspensión plena de derechos y libertades no está al acceso del estado de alarma y sólo se puede llegar a través de los estados de excepción y sitio”. Por eso, apostó de momento por “persistir con celo en las medidas actuales”.
Por su parte, la diputada de EH Bildu Mertxe Aizpurua reclamó el “cierre de toda actividad económica no esencial”, ya que cuando antes se decida el “confinamiento total” antes se zanjará la crisis sanitaria. También criticó que se esté usando la alerta por el Covid-19 para “blanquear la imagen del Ejército español” y lanzar “discursos patrióticos” en comparecencias pública.
Dentro del Grupo Parlamentario Plural, el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, reiteró la posición que mantiene ya desde hace semanas de que hacen falta "medidas más contundentes" que el estado de alarma; en particular, “endurecer el confinamiento y la movilidad” y “parar el país”, entre otras cosas para que este estado "sea más corto".
El diputado del BNG, Néstor Rego, insistió en la que también ha sido su apuesta desde el principio, recogida hoy en una propuesta de resolución pese a su voto a favor de la prórroga del estado de alarma: “paralizar toda la actividad económica no esencial” porque no tiene sentido pedir a la gente que se quede en casa el domingo y se junte con compañeros de trabajo el lunes.
El de Compromís, Joan Baldoví, interpretó también que el decreto de alarma “se ha quedado corto”, por lo que terminó emplezando al Gobierno: “Les pido que reconsideren si hay que pasar a medidas más grandes de confinamiento”.
Los diputados de Junts no asistieron al Pleno por lo que entienden como "coherencia" con las medidas para contener la propagación del coronavirus, pero este grupo, en línea con lo que ha propuesto el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, siempre ha defendido el "confinamiento total" y la paralización de toda actividad no esencial. Así lo recogió el grupo en una propuesta de resolución que presentó al debate.
Del Grupo Mixto, la portavoz de la CUP en la Cámara Baja, Mireia Vehí, reclamó esta noche al jefe del Ejecutivo que sea “valiente” y abogue por una política que implique “pan, techo, Sanidad y confinamiento total” para la población ante la extensión del coronavirus.
El de UPN, Sergio Sayas, comentó si “no deberíamos ya estar hablando” de si es necesario reducir aún más la movilidad y “circunscribir la actividad económica a los sectores estratégicos”. “A veces es mejor tomar medidas duras y drásticas que sean cortas en el tiempo que prolongar medidas ‘sine die’ porque se han tomado de manera más laxa”, comentó, dejando clara su preferencia por el cierre total.
El diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, se quejó de que hasta ahora las medidas han sido"insuficientes" y defendió que la prórroga del estado de alarma “tiene que suponer el ‘mayday, mayday, mayday’ para que el Gobierno apremie las llegadas de material imprescindibles” para proteger al profesional sanitario, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y resto de trabajadores “abnegados” frente al coronavirus.
Por su parte, el diputado de Teruel Existe Tomás Guitarte realizó un llamamiento a las fuerzas políticas a la unidad y a que dejen a un lado “la actitud excesivamente crítica” para que esta se convierta “en una postura constructiva”.
EXCEPCIONES
El presidente ya respondió, en su discurso inicial, a las peticiones de cierre total del país. Se mostró “convencido de que la única opción eficaz contra el virus es el aislamiento social”, al tiempo que se mostró “seguro de que todos, con independencia de nuestra ideología, somos conscientes de que esa regla debe tener algunas excepciones”.
Y explicó que “necesitamos, en condiciones de la máxima seguridad, poder salir de nuestras casas a hacer la compra o a comprar medicinas. Y ocurre que para que los supermercados tengan víveres, y las farmacias medicamentos, son necesarias algunas otras actividades económicas de producción y de transporte. Y sucede que al tiempo que nos recluimos debemos preservar el máximo de los bienes que nos han de permitir reanudar nuestra vida una vez que concluya esta pesadilla. Que concluirá y concluirá pronto, pero evidentemente tenemos que abordar esa tarea de reconstrucción”.
Por eso, trasladó que, “a la hora de actuar es preciso utilizar el bisturí para no amputar ningún nervio de nuestro organismo social que comprometa el propio sostenimiento de la población confinada o la ulterior recuperación de esa misma población. Y eso nos obliga a buscar un equilibrio muy delicado, pero que tenemos que hacerlo”.
En su turno de réplica abundó en esta posición. Comenzó reconociendo que “tenemos que permanecer muy flexibles, muy atentos”, sugiriendo así la posibilidad de un endurecimiento de las previsiones tomadas hasta ahora.
Pero seguidamente constató que “hay informes que tienen predicciones diferentes”, y que, aunque “existe un consenso amplísimo en la dirección en la que debemos caminar", la de limitar la movilidad y la actividad que no sea esencial, queda la pregunta: "¿Qué es esencial, qué es no esencial?". Y advirtió del riesgo del impacto económico que podría tener paralizar la actividad. "Debemos calcular con sumo cuidado los límites del confinamiento”, observó. “Esto podría tener efectos devastadores sobre la imprescindible reconstrucción que debemos abordar”.