Luego, el fondo de inversión PIMCO, a principios de 2009 utiliza la misma expresión para advertir que la vuelta a la situación previa a la crisis financiera de 2007-2008 sería compleja e incierta. En 2010, Mohamed El-Erian, de PIMCO, declaró que “nuestro uso del término fue un intento… (de mostrar) que la crisis (no) era una mera herida superficial... al contrario, la crisis ha calado hondo”. Desde entonces, la expresión ha sido replicada por numerosos medios.
A partir de 2012 la economía de China empezó a mostrar una marcada desaceleración, con tasas de crecimiento que pasaron de cifras de dos dígitos a alrededor del “moderado” 7%, en 2014 cuando el Secretario General del Partido Comunista, Xi Jinping, declaró que China estaba entrando en una "nueva normalidad", precisamente, para justificar la caída debido a la menor apertura hacia la economía de mercado libre.
Así, en el fondo estaba avisando que se iniciaba un punto de inflexión en la apertura económica iniciada por Deng Xiaoping a la vez que defendía al marxismo (maoísmo), e incrementaba el culto a su personalidad, para "comprender y transformar el mundo". Y dentro de esta “Nueva normalidad” se inscriben, por cierto, las cuarentenas forzadas y la represión a los intentos democráticos en Hong Kong.
Como señala Antonio Imízcoz, es un nuevo término de neo lengua, del diccionario inventado por la dictadura del Gran Hermano de Orwell. ¿Qué quieren vendernos?, prosigue Imízcoz. Pues nada más alejado de lo que usted y yo entendemos por normalidad… La “nueva normalidad” va a consistir en que sólo podremos hacer lo que ellos digan, cuando ellos digan y como ellos digan. Y, como dice Agustín Etchebarne, “es fácil ser comunista en un país libre, lo difícil es ser libre en un país comunista”.
Ahora, como ya he dicho en columnas anteriores, “Siempre que fuera de los seres existe una causa que los obliga a ejecutar lo que contraría su naturaleza o su voluntad, se dice que… hacen por fuerza lo que hacen… Esta será… la definición de la violencia… “, escribió Aristóteles. Así, según Tomás de Aquino “La violencia se opone directamente a lo voluntario como también a lo natural” y por ello Etienne Gilson escribió ya en 1989 que para el Aquinate “Lo natural y lo violento se excluyen…recíprocamente”.
Es decir, que la violencia jamás puede tener un resultado natural. Si la “nueva normalidad” serán normas coactivamente -utilizando el monopolio de la violencia estatal- impuestas contra la voluntad de las personas, sencillamente violarán a la naturaleza humana y, más temprano que tarde, serán superadas. Como el “distanciamiento social”, cuando de toda la vida, de sentido común, sabemos que los humanos somos necesariamente sociables y que los besos y abrazos son grandes y humanos regalos. Por no hablar del sexo sin el cual no existiría la humanidad.
En fin, es solo cuestión de tiempo para que volvamos a ser lo que tenemos que ser, personas normales y no humanoides como robots dirigidos desde el comando central.
*Asesor Senior en The Cedar Portfolio y miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California