La vida, la vigencia de dicha noticia no más de 48 horas, inmediatamente son otras similares las que la reemplazan, circulan por los más diversos canales, su envoltura y presentación debe ser de calidad, el contenido es lo de menos.
El Coronavirus generó muchas de éstas empresas comerciales y publicitarias vende aire que no podían desaprovechar un mercado tan virgen sediento de noticias positivas al respecto, debían crear la ilusión, detrás venía el dinero, éste en muy grandes cantidades.
En el medio cientos de miles de millones de dólares que con las manos abiertas los gobiernos e instituciones oficiales y privadas ponen a disposición de éstas pseudo empresas, ése es el verdadero negocio de todas ellas.
Luego ya nadie se recuerda de ellas, ya cumplieron su función.
Pero nacen muchas otras nuevas con idéntico discurso, empaques diferentes, el público está ansioso por una esperanza.
Y ellas del masivo dinero, de los regalos impositivos y subsidios, de los generosos aportes que todos pagan.
Una fiesta a la que ya muchos aprovecharon, pero cada vez son más los que pretenden ingresar en ella para no perderla, dinero no falta.
Una oportunidad para aquellos publicistas que saben vender aire y convertirlo en oro, son regalos que no siempre se presentan, a disfrutar.
Hasta la próxima...