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Alejandro A. Tagliavini

20/08/2018@15:36:56
El yihadismo, acorralado en Siria, ha retomado su retórica amenazante en forma de vídeos en los que rehenes extranjeros atemorizados piden ayuda para no ser decapitados, repitiendo la escalofriante serie de grabaciones emitidas por el Estado Islámico (ISIS) en los años de su máximo apogeo, de 2014 a 2017.

El reciente incendio en Grecia -y luego Carr en California- resultó ser la peor tragedia natural de la historia moderna de ese país, dejando unos 81 muertos y más de 200 heridos.

“¿Que no hay infierno? Sí, hay... (Cállate, corazón, que esto bien por desgracia, lo sabemos tú y yo.)”, Rubén Darío.

Mientras la Corte Penal Internacional inicia un análisis de la “guerra antidroga” de Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, días atrás las fuerzas de seguridad de Bangladesh mataron a 11 supuestos narcotraficantes en una nueva operación que se ha cobrado 30 muertos en una semana, ante las críticas de activistas que la ven como un plan "al estilo" del presidente filipino, es decir, aprovechar la excusa para eliminar opositores.

Mientras Trump se dedica a sus “twittamenazas” que, por suerte, luego no cumple, el gobierno chino fiel a su milenaria historia sigue sin prisa, pero sin pausa, el “camino de la seda”, la diplomacia sin estridencias que está dando sus buenos frutos al punto que su influencia crece mientras que la de EE.UU. pareciera decaer.

Cuenta Jorge Zepeda Patterson que “El narco llegó a las urnas”. Según su relato, los narcos decidieron que los funcionarios no son de fiar, incluso comprados; y que resulta más seguro tener los propios.