Algo que sale de gente avispada pero que tiene sus limitaciones dentro de lo que puede quedar hoy día de un sistema que se cae a pedazos por doquier en todo el mundo.
Gracias a la “pandemia”, más allá de un totalitarismo de patas cortas que de momento fluye globalmente, crece sostenidamente el cuestionamiento a políticos, “gobiernos”, Estados y todo tipo de instituciones.