Es 1995 y Leia Forman, hija de Eric y Donna, visita a sus abuelos durante el verano, relacionándose con una nueva generación de chicos de Point Place bajo la atenta mirada de Kitty y la severidad de Red.
Mateo vive con su madre, Libertad, en un mundo color de rosa; un microcosmos que tiene precisamente dos habitantes, madre e hijo. Un día a Mateo le diagnostican cáncer.