En Manresa, un lugar conocido por su encanto en la comarca del Bages, también se esconde una dura realidad. La vida en la calle se ha convertido en una batalla diaria para muchos, como Verónica, una mujer de 44 años que encontró en la música su refugio y medio de subsistencia. Con su flauta, transforma cada nota en un intento por salir adelante.