Víctor es un director de cine alcohólico, sin trabajo y deprimido desde la muerte de su mujer. Sólo tiene a su hijo de nueve años, Ingmar, a quien le cuenta los guiones de las películas que espera rodar algún día: un mundo maravilloso plagado de seres fantásticos, robots y lugares imposibles procedentes de los cientos de películas que han visto juntos.