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Guerra

19/09/2024@14:49:13
Como dice el cantautor Andrés Suárez en una de sus canciones, "si quieres, hacemos el verano algo más largo". Pero aunque siempre fuera deseable, lo cierto es que va llegando a su fin, si bien, por desgracia, no terminarán algunos de los acontecimientos que nos han acompañado en los últimos meses.

En medio de una futura guerra entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial, Joshua, un curtido ex agente de las fuerzas especiales que sufre por la desaparición de su esposa, es reclutado para cazar y matar al Creador, el arquitecto de IA avanzada que ha desarrollado un arma misteriosa con el poder de poner fin a la guerra, e incluso a toda la humanidad.

El avance en los últimos tiempos de la militarización de la sociedad en Europa es un hecho evidente, y más si se tiene en cuenta que van a comenzar en breve unas maniobras navales en el Mediterráneo.

Nunca hemos estado tan cerca de que las provocaciones de un presidente manipulado por los Estados Unidos y Gran Bretaña, Volodímir Zelenski, le hagan el favor al mundo de que, de nuevo -no olvidar que, hasta ahora, las únicas bombas atómicas lanzadas sobre población civil lo fueron sobre Hiroshima y Nagasaki, en 1945, ordenadas por el presidente americano Harry Truman-, el hongo nuclear se haga realidad.

Shabat, sábado, estadísticamente los números indican que apenas ingresado a éste las comunicaciones telefónicas se reducen casi un 90%, no significa que ése sea el porcentaje de población religiosa, es la reacción y comportamiento simple de aquellos que por respeto no llaman, se abstienen de hacerlo.
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Mi madre, Olga Iglesias, nació y vivió una parte de su vida en Madrid en la calle Ferraz 70, actual sede del PSOE donde, por cierto, nacía posteriormente yo.

Por Miguel Ortmaetxea

Ni Rusia ni ucrania. El apabullante ganador es el complejo militar industrial de EEUU, el llamado MIC.

Los políticos se divierten con la guerra, pelean unos contra otros y todos contra todos según sople el viento, gastan fortunas, y las masas los siguen como en el Coliseo romano cuando tiraban cristianos a las fieras.