Aunque hemos avanzado y saliendo de nuestro arresto domiciliario, todavía seguimos en el monotema y, pese a que se siga repitiendo que ya habrá ocasión de buscar responsabilidades, parece oportuno hacer algunas reflexiones.
Lo bueno de este gobierno es que no da pausa, cada día nos sirve grandes titulares, unos parecen globos sonda y otros apuntan en direcciones que nos hacen temblar.
No tenemos tiempo para aburrirnos, cada día hay nuevas y jugosas noticias, el trabajo que hacen nuestros políticos puede parecer escaso, pero el ritmo es trepidante.
Ha sido algo patético y un juego de niños ir anunciando los nombres de quiénes iban a formar el gobierno. Parece que los nuevos tiempos nos traen inmadurez, falta de respeto institucional y muchos recelos.
Hemos constituido la mesa del Parlamento, seguimos en la fase de mercadeo para componer un gobierno de rebajas. Las ofertas del black friday también va a llegar al gobierno.
Parece que los únicos objetivos que tienen nuestros gobiernos es llenar boletines oficiales con decretos que nos complican las cosas, nos suben los impuestos o nos imponen su sesgo ideológico.
Cada día tenemos nuevas perlas, entrevistas y declaraciones de políticos que cuando superamos nuestra sorpresa, solo cabe ironía, risas y, previsiblemente, algunos lamentos.
La investidura nos deja un sabor extraño, no ha sido un cambio de gobierno. Se ha roto el pacto de convivencia que se fraguó con la Constitución y la Transición.
Seguimos con los «ejes prioritarios» del acuerdo PSOE-UP
Ya nos había anunciado el marino que quería seguir analizando los puntos del sublime y excelso acuerdo de gobierno entre PSOE y UP, por lo que no se hizo esperar una vez sentados en la mesa...
La violencia de género es un problema global que no solamente está de plena actualidad en nuestro país, pero que requiere de un análisis desapasionado.
Ha empezado el baile. Tenemos resultados electorales, tenemos preacuerdo y ya estamos en la compraventa de votos. Se ha abierto el mercadillo para formar gobierno.