Es perfectamente conocido que el ser humano es un animal territorial, a la vez que de grupo. Este grupo siempre necesita un territorio concreto sobre el que desarrollarse. Como mamífero colectivo necesitó de un espacio que dominaba para alimentarse y reproducirse. Todas las culturas, civilizaciones, imperios, reinos o simples etnias han necesitado un territorio sobre el que expandirse. Esos límites territoriales son hoy los conocidos como estados, la defensa de esa extensión ha dado lugar a las “Defensas de la Patria”, y a los hoy famosos nacionalismos.