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Opinión

01/11/2019@18:05:59
Argentina era rica, su ingreso per cápita -en dólares de 1992- era de US$ 3.797 en 1913, encima de Francia (3.452) y Alemania (3.134). Hoy es pobre. Aunque empezó antes, la caída se profundizó con Perón. Ahora, nadie es más peronista que los “antiperonistas” que le atribuyen al líder el ser omnipotente, al punto que él solo causó esta debacle.

Algunos apuntes para reflexionar sobre el empleo ante las nuevas elecciones.

La “derecha conservadora”, por tipificarla de algún modo, está ralentizando el potencial de crecimiento de sus países y dando lugar a un caos que aprovechan grupos de izquierda, en general violentos. Es que no comprende que los problemas sociales se solucionan con más libertad, nunca con represión y menos argumentando incoherentemente que se reprime para “defender la libertad”.

Lo de la sentencia y lo que está ocurriendo a raíz de esta aburre y preocupa, aunque podemos aventurar algunas reflexiones.

Ahora que ya disponemos, entre otras, de esta herramienta eficaz para estudiar el mundo en el que vivimos, me refiero a la TGC y las leyes que rigen todo conflicto, apoyándonos en que estas nos demuestran cómo funcionan, o funcionamos, todas las voluntades en la naturaleza tanto individuales como colectivas, y, teniendo siempre presentes esas pautas naturales, debemos pasar a tomar nuestras decisiones aplicando esos conocimientos objetivos y, abandonando ya, de una vez por todas, las visiones y conjuras míticas. Debemos dejar de ser adolescentes.

Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Preocupa que se trate de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: demandan que la "educación integral sobre el cambio climático", se dirija a niños de 5 a 14 años porque "la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo".

El congreso del PP del País Vasco ha vuelto a poner en primer plano la crisis de identidad que vive la derecha española.

Hemos de seguir con la RAE, respecto a Libertad nos dice: “Facultad natural que tiene el ser humano de obrar de una manera o de otra, o de no obrar, por la que es responsable de sus actos”. El principio de libertad de las partes subraya que cada parte en su evaluación y toma de decisiones, dentro de la competencia del conflicto, siempre es libre. Puede adoptar esa, o puede no adoptar ninguna. La emoción es suya.

El acto simbólico que propongo a los lectores -a los alumnos en su caso- es que se imaginen que están en un circo, y a través de una escalera interior consiguen subir hasta traspasar la lona y poder sacar la cabeza por encima de la carpa.

Tomemos una pequeña distancia con los temas candentes políticos de la actualidad y una pequeña reflexión sobre nuestra posición ante los mercados.

Entre el martes 15 y el sábado 19 de octubre deliberaba la asamblea anual conjunta del FMI y el BM. El primer día dieron a conocer el informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, ajustando a la baja la tasa de crecimiento global dejándola en 3% para 2019 y 3,4% para 2020 y, por cierto, nunca aciertan. Según Bloomberg Economics, el ritmo de expansión global ya se desaceleró al 2,2% en el tercer trimestre, desde el 4,7% a principios de 2018.

Cuando ponemos en juego las distintas leyes del conflicto, o mejor expresado, cuando aplicamos estos conocimientos sobre esas constantes, que es a lo que llamamos leyes, porque sabemos que siempre se comportarán así, ellas nos facilitan analizar y explicar cualquier movimiento social tanto individual como colectivo.

Primero comprobemos si nos vale o no la palabra, responsabilidad, porque nos dice la RAE: “Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de cualquier causa legal”.

Los políticos se divierten con la guerra, pelean unos contra otros y todos contra todos según sople el viento, gastan fortunas, y las masas los siguen como en el Coliseo romano cuando tiraban cristianos a las fieras.

El caso Villarejo y la implicación del BBVA ha puesto sobre la mesa, otra vez, la figura de la responsabilidad penal de las personas jurídicas.