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OPINIÓN

Sánchez, ¿y ahora qué? Solo hay una salida

Ramón Rodríguez Casaubón | Lunes 29 de abril de 2024
Me gustaría creer que la pasada noche en Moncloa se correspondía con lo expresado por san Juan de la Cruz en su maravilloso poema ‘La noche oscura del alma’.

Ese periodo de honda transformación, conlleva una evolución espiritual desde el crecimiento personal tras superar catárticamente una etapa de profunda crisis existencial y convulsos movimientos tectónicos en el interior del alma. La desolación inicial junto a la desconexión con lo divino, de aquello que se considere como tal, quedan atrás.

Esto significaría que se dejarían de lado los vetos a partidos políticos progresistas, a Podemos es el único que le pusieron, la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la derogación de la Ley Mordaza, el dejar de financiar a libelos fascistas que actúan contra nuestra, más que demostrada, débil democracia (entre otras cosas porque sus estructuras judiciales, propagandísticas y económicas, de “madera franquista” están carcomidas y han sido expuestas a la luz). El máximo responsable de llegar a esta situación es el PP que jamás lo habría conseguido sin la inestimable, y necesaria, ayuda del PSOE, del actual sanchista y del anterior felipista.

Para llegar a este punto debemos comprender los desencadenantes de ‘La noche oscura del alma’. En el caso del poeta y místico los factores pudieron ser diversos: desde alguna pérdida personal que desencadenara un trastorno emocional o éste por sí solo sin necesidad de pérdida alguna, o ser provocado por una crisis de fe. O simplemente fue consecuencia de una mirada introspectiva que cuestionó los cimientos vivenciales proyectándolos hacia la búsqueda de un auténtico sentido vital. Si nos creemos la carta de Sánchez lo expuesto en este párrafo coincidiría con las causas directas de la redacción y publicación de la citada misiva. Insisto, si nos creemos…

Sánchez se eleva del común de los presidentes de gobierno de cualquier país para convertirse en hombre. Es entregado por el dios del PSOE, o sea, él mismo, al burgo para ser inmolado como mártir y de cuyo sacrificio renacerá la democracia con un brillo cegador. Previamente se entregarán los diez mandamientos del socialista enamorado al futuro patriarca de Férraz, Oscar Puentes, ¡quién mejor! O a una ministra de Hacienda, ¡chachi piruli! O ¡por qué no, a la ministra de Defensa! ¿Qué puede salir mal? Repito ¿Qué puede salir mal? Y si saliera, pues que cada uno de los citados escriban sendas cartas en la que manifiesten el amor por sus parejas. Los comunes mortales nos tenemos que conformar con demostrarlo día a día sin que nadie le de difusión.

El sábado pasado Sánchez fue elevado a los cielos de la democracia mientras sonaba de fondo el “himno” socialista:

“Y nos fuimos en una

Empezamo' a la una

Y con la nota rápido

Nos dieron las tre'

Perreamos toda la noche

Y nos dormimo' a las die'

Ando rezándole a Dios

Pa' repetirlo otra ve'

(Parte de la letra de la canción Quédate, de Quevedo y Bizarrap)

Y tras tamaña escenografía melodramática hoy solo puede suceder que Sánchez dimita. Sin convocar elecciones o del partido socialista ya solo quedaría Koldo –si se vuelve a afiliar– y Feijóo, que se haría militante pues, “es de bien nacido ser agradecido”. Siempre le quedará Europa o la OTAN y ahí nadie se dedicará a investigar a su suegro, hermano o mujer.

Me gustaría recordar alguno de los apoyos que ha recibido Sánchez en estos días por parte de sus socios de Gobierno. ERC, Pere Aragonès: “Yo también estoy profundamente enamorado de mi mujer, pero no abandono”. O Junts, Carles Puigdemont: a la política hay que venir “llorado de casa”.

Para concluir señalar que he comentado cuál es la única opción coherente y honesta por la que puede optar Sánchez tras meterse de lleno en su propia trampa, o caer víctima de su estrategia si quieren utilizar un eufemismo. Lo que decida hacer…

En definitiva, nos encontramos que la política española acaba de avanzar hacia una nueva fase místico afectiva en donde lo importante es creer. Se cree o no se cree. El método científico murió. Otro gran triunfo del populismo fascista. Y como nos hemos adentrado en el mundo de la teología recurro a la reiteración en el uso del verbo creer y a san Juan de la Cruz. E incluso al santoral pues hoy se celebra el día de san Torpetes.

Como comentara Soul Etspes en su análisis sobre el empedrado político:

“Cuando te empeñas en ser un cadáver político no necesitas que nadie te ayude a enterrarte”.

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